Primero fue víctima de La Manada, cinco jóvenes sevillanos que la violaron salvajemente en un portal de Pamplona durante los Sanfermines de 2016. Luego, cuando la chica de 18 años trataba de recuperarse de las agresiones, llegó otra "manada virtual" de hombres que, desde el anonimato de la red, la señalaron, cuestionaron, insultaron y revictimizaron durante meses. Este miércoles, el juzgado de lo penal número 1 de Barcelona enjuicia a uno de estos individuos, que debe dar la cara y sentarse en el banquillo de los acusados.

Eric C.T.G, un vecino de unos 40 años del barrio barcelonés de Horta-Guinardó, exmilitar y con antecedentes, se enfrenta a hasta tres años de cárcel por publicar en un foro de internet, usando la red wifi de su vecina, una de las imágenes tomadas por los miembros de La Manada durante la agresión sexual a la joven madrileña. En concreto, colgó un fotograma en el que la chica aparece siendo vejada por José Ángel Prenda.

Eric acompañó su publicación de un comentario: "Faltan cojones, mariconazos". Además, el catalán fue uno de los primeros de esa jauría virtual que difundió el nombre y los apellidos de la chica, su DNI, fecha de nacimiento, lugar de residencia y la universidad en la que estudiaba.

Quiso "burlarse de la víctima"

Su publicación, el 2 de mayo de 2018, provocó que más de cien mil usuarios de un foro identificaran y localizaran a la joven, que entonces trataba de recuperarse de lo ocurrido mientras sus agresores y una parte de la sociedad ponían en duda públicamente su relato sobre las agresiones sexuales que había sufrido. El acusado quiso "burlarse" de la víctima y "crearle inquietud moral", según sostiene el fiscal del caso, que pide para él dos años y medio de cárcel por un delito contra la integridad moral en concurso con otro de revelación de secretos.

Eric "buscó dañar la integridad moral de una víctima de violencia sexual y al mismo tiempo desincentivar al resto de mujeres para que no denuncien pública y judicialmente las violencias sexuales que puedan sufrir, impidiendo que reivindiquen sus derechos de acceso a la justicia", según refleja en su escrito de acusación la abogada Teresa Hermida, que representa a la víctima y pide para el acusado una pena de tres años de prisión, la misma condena que solicita la acusación popular, ejercida por la Asociación Dones Juristes.

Tuvo que irse de España

La difusión de sus datos y de los fotogramas de la violación "obligaron a la víctima a someterse a tratamiento psicológico, a abandonar sus estudios universitarios e incluso a marcharse durante al menos tres meses a vivir al extranjero", sostiene la abogada de la víctima en su escrito.

El acusado declaró como investigado ante el juez durante la fase de instrucción y aseguró que "lo único" que hizo fue colgar en un foro una captura de pantalla que había hecho de otra página web. Argumentó que esos datos eran de "libre acceso" en redes sociales y que incluso se habían emitido en un programa de televisión.

"Moralmente reprobable"

En declaraciones a EL PERIÓDICO, su abogado, Gorka Nart, que pide la libre absolución de su defendido, calificó "de mal gusto, pero sin relevancia penal" las publicaciones de su cliente: "No se ha escondido, en su declaración reconoció los hechos, es decir, que hizo un corta y pega de una publicación que ya existía en otra página web. Él no es el autor de la publicación original, se limitó a difundir datos que ya habían sido publicados, así que sus actos pueden ser moralmente reprobables quizá, pero nada más".

Es una versión muy distinta a la de las acusaciones, que concluyen que Eric sabía que la imagen de la agresión sexual formaba parte de un procedimiento judicial, por el que los cinco integrantes de La Manada serían finalmente condenados a 15 años de prisión, pero que entonces estaba bajo secreto de sumario.

Victim blaming

La Audiencia de Navarra había dictado un auto prohibiendo su divulgación "precisamente para preservar la intimidad y dignidad de la víctima", quien incluso había "rehusado durante su declaración en el acto de juicio oral visualizar su contenido, dado el daño moral que entre otras y en particular esa fotografía le ha causado".

Con su publicación, de acuerdo con la abogada de la joven madrileña, el acusado provocó "el escarnio de la víctima, un fenómeno conocido como victim blaming, o lo que es lo mismo, una forma de violencia machista", que además, cometido a través de internet, "permite una mayor difusión a nivel mundial de los contenidos publicados".