El 9 de agosto de 2011, cuatro días después de una gran redada de la Policía contra varios clanes de narcos de Son Banya, una vecina del poblado entró en la sucursal del Banco de España de Palma con enorme fajo de billetes muy deteriorados. Quería que se los cambiaran por otros nuevos. La funcionaria que la atendió le explicó que, debido a su mal estado, debía enviarlos a Madrid y justificar por qué estaban tan dañados. «Billetes deteriorados por guardarlos bajo tierra durante tres años. Valor aproximado: 18.000 euros», explicó en una nota dirigida al director de la entidad. Le pidió a la trabajadora que la escribiera, porque no se veía capaz de hacerlo, y dejó el número de cuenta donde quería que le ingresaran el dinero. 

En el Banco de España sospecharon de ella y el caso acabó en manos de la Policía Nacional, que abrió una investigación. Para empezar, comprobaron que en realidad había 30.000 euros en billetes de 50 y 100, muchos de ellos rotos. Los agentes averiguaron que la mujer, sin antecedentes penales, estaba casada con un nieto de ‘La Jesusa’, matriarca de un clan de traficantes de Son Banya y que era sobrina de ‘La Rosario’, cuñada ‘La Paca. Su historial laboral era mínimo y sus ingresos legales apenas superaban los 9.000 euros anuales. La Policía también comprobó que tenía nueve coches a su nombre, a pesar de que nunca se sacó el carné. Aunque todo apuntaba a que estaba intentando blanquear dinero del narcotráfico, la acusada lo negó. Tras ser imputada, explicó a la jueza que el dinero era fruto de sus ahorros, obtenidos vendiendo ropa y limpiando casas. Según dijo, lo tenía escondido bajo tierra porque su marido era toxicómano y no quería que se lo quitara. 

La fiscalía reclamó para ella una condena de cuatro años de cárcel. La mujer, en prisión provisional por drogas, compareció ayer en la Audiencia Provincial de Palma. Tras el acuerdo alcanzado entre la fiscal y su abogado, Julio Romero, se declaró autora de un delito de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y aceptó dos años de cárcel y 18.000 euros de multa. Los billetes que entregó quedan decomisados.