El estafador Tomás Sánchez Pacheco ha ingresado preventivamente en la cárcel tras ser arrestado por los Mossos d’Esquadra el pasado 19 de enero en Sitges, según fuentes policiales consultadas por EL PERIÓDICO, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica. Se le había detenido en 14 ocasiones anteriores pero hasta esta última vez, la número 15, siempre había logrado burlar la prisión cautelar tras pasar a disposición judicial, una libertad que Sánchez Pacheco invariablemente ha usado durante estos años para seguir enredando a víctimas por España, sobre todo de su Andalucía natal y de Madrid, ciudad que tras el inicio de la pandemia ha cambiado por Barcelona. Hay decenas de afectados por sus engaños. Solo en la capital catalana, y en el último año, ha acumulado 18 denuncias.

“Si no hubiéramos logrado que entrara en prisión, ahora estaría engañando a más personas”, afirman fuentes de la policía catalana. “Él no va a parar porque, tras años acumulando denuncias, se creía impune”. Una prueba de ello es que la empresa que usaba para firmar los contratos está a su nombre y él tampoco se escondía bajo ninguna identidad falsa. Y si alguien le preguntaba por la información que aparece en Google –donde constan enlaces a diversas noticias sobre sus pufos que recogen medios como elDiario.es, El Mundo, Metrópoli Abierta o el Programa de Ana Rosa y también a una plataforma de afectados– respondía que había sido perseguido y calumniado por su pasado político y mostraba la foto de una supuesta sentencia de absolución. Del PSOE, según los citados medios, salió tras ser también acusado de estafa por parte de algunos de sus militantes.

¿Quién es?

Sánchez Pacheco tiene 45 años y dice ser un empresario de éxito, hijo de una familia adinerada. Los Mossos comenzaron a investigarlo el pasado mes de septiembre tras recoger una denuncia que arrancó un caso que bautizaron como "Última", en alusión al torrente de demandas previas contra el mismo sospechoso que aparecieron al meter su nombre en la base de datos. Ha sido detenido por la Policía Nacional, por la Guardia Civil y ahora también por los Mossos.

En esta última ocasión, los agentes catalanes afirman haber podido reunir suficiente carga de prueba contra él para que sea imputado por los delitos de estafa, falsedad documental y, por primera vez, también por pertenencia a un grupo criminal, que, presuntamente, lideraba junto a su novio –también detenido– y del que formaban también parte tres subalternos, que siguen en libertad. El juez, a la luz de las denuncias, los documentos y el material recabado por los policías durante los seguimientos practicados, ha ordenado finalmente que ingrese en prisión preventiva.

En Barcelona

Sánchez Pacheco ha perfeccionado en Barcelona una estrategia que, según elDiario.es, ya había usado en Madrid: hacerse pasar por un médico que iba a montar un gabinete de consultas en el centro de la ciudad. Un modus operandi que desplegaba en tres fases sucesivas. En la primera engañaba a dueños de locales a quienes alquilaba sus propiedades presentando resguardos de transferencias bancarias. Los resguardos eran auténticos. El truco estaba en que anulaba la transferencia después de haber obtenido el documento.

En un audio que una de sus víctimas ha compartido con EL PERIÓDICO, se escucha a Sánchez Pacheco poner excusas cuando esta le pide explicaciones al no constar ninguna transferencia. "¿Cómo falso? Yo no soy experto informático para hacer documentos falsos. Habrá habido algún tipo de incidencia en la cuenta porque lo han dejado todo hecho una verdadera basura (…). No te preocupes que yo te lo voy a dejar todo resuelto. Soy una persona íntegra. Soy de una familia muy honrada”. El timador ganaba así tiempo para usar el local para llevar a cabo el resto de engaños.

En la segunda fase, atacaba a los negocios de informática. “Les pedía con la máxima celeridad posible, equipos informáticos porque las consultas tenían que comenzar a funcionar enseguida”, aclaran fuentes médicas. Y volvía a pagar con el mismo truco del resguardo. Según los Mossos, tras devolver el local, revendía los ordenadores. En la tercera, contactaba con médicos de verdad a los que ofrecía pasar consulta en estos espacios de 'coworking' a cambio de un alquiler. Los Mossos lo arrestaron cuando había estafado solo a un sanitario pero se disponía a engatusar a varios de ellos.

"Es un gran actor", le reconocen las víctimas. Y no actuaba solo: él tenía el papel central de la función, el de médico emprendedor, pero el grupo completaba la ficción: una mujer hacía de secretaria atenta que tomaba apuntes durante las reuniones y el resto del reparto de doctores interesados en contratar una de las consultas disponibles.