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El mapa del narcotráfico en Palma

La distribución de droga al menudeo es un negocio boyante en Palma, con decenas de puntos de venta concentrados en cinco barriadas. Este es el ‘top five’ del narcotráfico en la ciudad.

El helicóptero de la Policía sobrevuela Son Banya durante una operación antidroga. Manu Mielniezuk

Ajenos a la pandemia, restricciones y pasaportes covid, el negocio de la droga se mantiene boyante en Palma. Decenas de puntos de venta al menudeo en manos de bandas organizadas, muchas de ellas con vínculos familiares, abastecen diariamente a cientos de consumidores, con unos beneficios millonarios. La venta de droga en la ciudad se concentra en cinco zonas concretas: Son Banya, La Soledat, Son Gotleu, Corea y Verge de Lluc. Este es el top five del narcotráfico.

Son Banya sigue siendo el principal supermercado de la droga

Pese a las repetidas operaciones policiales y al derribo de varias casas, entre ellas la de La Paca, la que fue la gran jefa del narcotráfico, el poblado de Son Banya sigue siendo el gran supermercado de la droga en Mallorca. Ya no hay un clan preponderante, y unas seis o siete familias se reparten el negocio en una quincena de puntos de venta al menudeo. Son clanes que operan de forma independiente y que se abastecen cada uno por su cuenta, aunque comparten servicios comunes, como el de los «aguadores», adictos que realizan funciones de vigilancia a cambio de una dosis de droga. Colaboran en situaciones concretas, como en casos de desabastecimiento, cuando se facilitan droga entre ellos. Han impuesto también una regla interna: si no vives allí, no puedes vender.

A las familias que se han mudado fuera del poblado no les dejan tener allí un punto de venta. La banda más importante es el clan de Los Valencianos, que explota tres puntos de venta. Son Banya cuenta con una clientela fiel , a los que conocen desde hace años, y mantiene el prestigio de vender droga de buena calidad. Los fines de semana todavía es posible ver colas de cientos de vehículos con compradores en la entrada del poblado.

Como curiosidad, si un comprador es interceptado por la Policía fuera del poblado y le quitan la droga que acaba de adquirir, los narcos le entregan una dosis gratis si les enseña el parte de intervención. Es una forma de fidelizar a la clientela, pero también de averiguar si la Policía está preparando una operación en la zona.

La Soledad: los herederos de El Pablo controlan la barriada

Pablo Campos Maya, El Pablo, y su hermano Benigno (recientemente condenado a cuatro años de prisión por narcotráfico) han dejado paso a las nuevas generaciones. Sin embargo, la venta de droga en la zona sigue a pleno rendimiento, distribuida en una decena de puntos de venta, todos vinculados al clan.

Los expertos de la Policía consideran que, pese al aparente retiro de los patriarcas de la familia, todavía toman las decisiones importantes y tienen un gran ascendiente sobre los jóvenes. Se dedican sobre todo al tráfico de cocaína, y un poco de marihuana, en las calles Rector Petro, Teix y alrededores. Cuentan con una ubicación privilegiada, al lado de la calle Manacor, y un entramado de calles estrechas que facilita las medidas de seguridad contra la Policía. Además, El Pablo se ha sabido ganar la fidelidad de muchos vecinos, con dádivas y favores. Hace unos años llegó a organizar su propia cabalgata de Reyes para los niños del barrio.

El mapa del narcotráfico en Palma DM

Son Gotleu: españoles y subsaharianos se reparten el negocio

Tras años de enfrentamientos entre clanes gitanos y bandas de subsaharianos (sobre todo nigerianos), en los últimos tiempos la zona se ha pacificado, con un reparto de funciones y territorio.

Las bandas de españoles han abandonado la venta al menudeo y se dedican a plantaciones de marihuana, con las que abastecen a los nigerianos. Decenas de subsaharianos venden en la calles de la zona norte del barrio, y los españoles tienen las plantaciones en pisos okupados en la parte sur.

Los africanos funcionan de forma independiente, como auténticos autónomos de la droga. Cada uno tiene sus propios puntos de abastecimiento y sus clientes.

Corea: veteranos narcos explotan diez puntos de venta con discreción

Las degradadas casas junto a la calle General Riera albergan una decena de puntos de venta de clanes veteranos, como Los Bizcos o El Seco, muchos venidos de Son Banya. Operan con gran discreción, intentando siempre pasar desapercibidos, instalados en pisos okupados, muchos de ellos propiedad del Ibavi.

Verge de Lluc, una docena de puntos repartidos por otras barriadas

La presión ejercida sobre Son Banya provocó una diáspora de clanes de narcos, que se establecieron en diferentes puntos de la ciudad, como las barriadas de Verge de Lluc, Pere Garau y Foners. En total puede haber una docena de puntos de venta explotados por las nuevas generaciones de conocidas familias, como la de El Seco. Se dedican sobre todo a la marihuana y el hachís.

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