Un médico que trabajaba en el hospital Mateu Orfila de Maó, en Menorca, se enfrenta a una pena de siete años y tres meses de cárcel por grabar durante varios años a casi un centenar de mujeres en los vestuarios y cuartos de baño del centro sanitario, así como en diversos domicilios. El fiscal reclama también el pago de indemnizaciones por valor de más de 200.000 euros. Entre las víctimas hay una niña que tenía nueve años de edad cuando la grabó.
Los hechos, según recoge el escrito de calificación del fiscal, ocurrieron entre los años 2016 y 2018, cuando el acusado trabajaba como especialista de medicina intensiva del hospital Mateu Orfila de Maó. Presuntamente se aprovechó de su condición de médico del centro para acceder libremente en los aseos del personal y del público en general. También se hizo con una copia de las llaves del vestuario.
El hombre habría colocado diversos dispositivos de grabación escondidos en los vestuarios y en los aseos femeninos del centro, lo que le permitió obtener imágenes de trabajadoras y de familiares de pacientes, tanto cuando se cambiaban como cuando hacían uso del inodoro. Hubo mujeres grabadas en más de cien ocasiones.
El acusado habría colocado también cámaras ocultas en el váter de su casa, con las que grababa a sus invitadas. También grabó a sus vecinos y a una compañera durante una reunión con una cámara debajo de la mesa. En otra ocasión se hizo con un teléfono de un amigo en el que había un vídeo manteniendo relaciones sexuales y lo grabó en su móvil.
El fiscal , que admite que sufría un trastorno de voyerismo, le acusa de 94 delitos de descubrimiento y revelación de secretos, por los que solicita para él siete años y tres meses de prisión, y que indemnice a todas las víctimas con un total de 206.000 euros
