Ionut Ciprian A. M. permanece en prisión provisional desde hace dos años no por la acusación de violación en Zaragoza que pesa sobre él, sino porque se arrancó el brazalete que le controlaba y se fugó a Valencia. Cuando fue detenido ingresó en la cárcel y ahora pide salir de ella mientras espera que la Audiencia de Zaragoza vuelva a señalar el juicio por este asunto. Vista oral que va a tener que repetirse, después de que el sistema de grabación falló y a efectos legales es como si no se hubiera celebrado.

Una solicitud de excarcelación realizada por la abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, que la Audiencia de Zaragoza ha trasladado no solo a la Fiscalía, sino también a la víctima para que acepte o se oponga a esta medida cautelar. Afronta una condena de 10 años de prisión.

Los hechos ocurrieron el 13 de agosto de 2020 en una vivienda del Arrabal. Aquella tarde, la denunciante invitó a su novio, el ahora de nuevo acusado, y a un amigo a subir a su casa a beber cerveza. Con su pareja sentimental la relación se había desarrollado en un ambiente tóxico, como reconoció la víctima en la vista judicial del pasado 14 de noviembre. Discutieron por el consumo de cocaína del joven, lo que acabó con ambos en la habitación.

La situación se convirtió en una agresión sexual que la víctima acabó denunciando seis días después porque "lo quería mucho y al inicio no quería decir nada". Además tenía miedo de contárselo a su madre porque "nunca le gustó Ionut". Las amenazas posteriores que recibió fueron, según señaló la joven, lo que hizo decir basta. "Me cansé de ser su juguete y por eso denuncié la violación", dijo en el juicio.

La joven afirmó que en un primer momento mantuvieron relaciones sexuales consentidas, si bien luego él la forzó para realizar sexo anal. Ella se opuso, según declaró, pero no le valió el grito de "para" para detenerse. "Se me tiró encima a lo oso, yo no me podía ni mover. No dejaba de decirle que parara, que me estaba haciendo daño, pero ni siquiera al verme llorar se detuvo. Cuando acabó, salió riéndose del dormitorio", recalcó la joven visiblemente emocionada.

El amigo de la pareja, testigo de lo sucedido y actual novio de la víctima, confirmó el consumo de cocaína por parte del agresor y corroboró la versión de la víctima, además de denunciar en contra de Ionut Ciprian A. M.

La agresión sexual está enmarcada en un asunto de violencia machista porque denunciante y encausado eran pareja sentimental en aquel momento. La joven explicó que desde el primer día la relación fue tóxica y perjudicial para ella, encontrándose sometida a un control exhaustivo de su móvil y redes sociales, recibiendo un trato degradante, discutiendo y recibiendo insultos del tipo "hija de puta o zorra"; llegando a chantajearla con suicidarse si rompía la relación.