"Ojalá haya sido un trágico accidente para tranquilidad de la familia". Es la reflexión que hacía Joaquín Amills, portavoz de la familia de Pablo Sierra y presidente de la Asociación SOS Desaparecidos, tras conocer que la muerte accidental es la principal hipótesis que baraja la Policía Nacional sobre lo que le sucedió al joven. "Pienso igual y para la familia sería lo mejor, porque de esa manera tendrían paz, pues si fuera un caso violento nunca es lo mismo", ha señalado Amills, quien, no obstante, ha apuntado que aún está pendiente el resultado de la autopsia para corroborar esa hipótesis y que el caso se pueda cerrar.

La familia ha mantenido la confianza en que Pablo sería encontrado con vida hasta el último momento, pese a que los días iban pasando sin tener noticias del joven y de que estaban seguros de que su marcha no había sido voluntaria. Pero esa esperanza se desvaneció este viernes. La Policía Nacional les comunicó de inmediato que se había rescatado un cuerpo en el río, muy cerca de donde se halló su teléfono móvil. Poco después llegó la confirmación. "La familia se agarra siempre a la esperanza y a que se produzca el milagro", ha apuntado Amills, quien reconoce que sus padres, hermanos y demás familiares están "destrozados".

Los padres y hermanos de Pablo Sierra han permanecido durante estos 15 días en Badajoz --proceden de la localidad cacereña de Zorita--, hasta donde se han desplazado familiares que residen fuera de la capital pacense para "arroparlos" en estos difíciles momentos. Han sido dos semanas en los que sus allegados han vivido con angustia y gran preocupación la desaparición del joven que justo el día en el que desapareció tenía previsto viajar con sus hermanos hasta la casa familiar para pasar el puente de la Constitución.

La familia de Pablo siempre se mostró convencida de que no se había marchado motu proprio, pues, según defendía su tía, Susana Moreno, era un chico "estudioso y responsable", que "nunca nos ha dado ningún problema". Por eso, no tenían sospechas de qué había podido sucederle para que su rastro se perdiera por completo la madrugada del pasado 3 de diciembre. 

Los familiares manifestaron desde el principio su confianza en el trabajo que estaban llevando a cabo los investigadores. "La familia de Pablo ha sido ejemplar durante estos 15 días. Han estado colaborando con la policía y apoyando la labor de investigación con respeto y sigilo", ha querido valorar públicamente la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco. 

Por su parte, el presidente de SOS Desaparecidos ha vuelto a poner en valor la labor realizada por la Policía Nacional y el resto de cuerpos y servicios que han participado en los operativos de búsqueda. Además, Amills ha destacado la "empatía" que los investigadores han mostrado hacia los padres desde el primer momento. 

"Ese trato cercano es siempre importante y más cuando van pasando los días sin resultados. Creo que es de agradecer, y en este caso, por lo que a mí me consta, la policía ha estado en ese papel de cercanía", ha asegurado.