Katy Daniela Carrillo aceptó este lunes una condena de 15 años de cárcel por matar a cuchilladas a su marido, Óscar Méndez, en julio de 2020 en Manacor. La mujer confesó el crimen, cometido en el domicilio familiar donde estaban sus tres hijos pequeños, pero alegó que atacó a la víctima «en un forcejeo» y tras una agresión previa. «El me agarró del pelo, me amenazó, me insultó. Cogí el cuchillo después de que el lo cogiera y se lo clavé en la espalda», declaró la acusada, hondureña de 32 años, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. Además, deslizó que su relación estaba rota y que ella le había denunciado por malos tratos. «Me lamentaré toda mi vida de lo ocurrido», sentenció. 

La confesión de Carrillo ante el jurado popular, que no llegó a deliberar sobre su culpabilidad, se produjo tras el acuerdo alcanzado entre el fiscal y los abogados de la acusada y los familiares de la víctima. Los allegados de Méndez reclamaban inicialmente 25 años de prisión para la mujer por un delito de asesinato, pues sostenían el hombre no tuvo opción alguna de defenderse. Tras el pacto, renunciaron a mantener estos cargos

La procesada admitió así la autoría de un delito de homicidio con la agravante de parentesco. Según la versión acordada por las partes, Carrillo asestó cuatro cuchilladas a su marido mientras él se defendía, agarrándola del pelo y tratando de quitarle el arma. En su declaración, la mujer matizó e incluso cuestionó el relato pactado. «No sucedió tal cual se dice, pero lo que cuenta es que él está muerto. Quiero dejar claro que no fue premeditado ni planeado», comenzó la acusada, que explicó que su matrimonio estaba roto. Según contó, el 8 de julio de 2020 ambos regresaron a su vivienda de la calle Sant Joan Baptista, en Manacor, junto al bebé de 11 meses que tenían en común y otros dos hijos de ella, de 6 y 9 años. La pareja se enzarzó en una discusión. «Venía de antes. Yo ya había puesto una denuncia contra él [por malos tratos], que luego retiré», dijo. Sobre la agresión, apuntó que el hombre la atacó primero. «Me agarró del pelo, me amenazó y me insultó. Mi hijo mayor cogió al bebé y se fueron a la habitación. Él me dio golpes. Caí de espaldas y me golpeé contra un mueble en la espalda», relató. 

La mujer contó que fue entonces cuando se produjo un forcejeo y asestó las cuchilladas a su marido. «Cogí el cuchillo después de que él lo cogiera», aseguró, sin precisar si le arrebató el arma a la víctima o empuñó otra. Carrillo dijo recordar solo dos puñaladas, aunque el hombre presentaba cuatro heridas de arma blanca, todas en la espalda. «Se pudo defender», afirmó la procesada.

Malherido, Óscar Méndez, que tenía 32 años, salió de la vivienda. Apenas pudo dar unos pasos antes de caer desplomado en las escaleras del edificio , donde murió desangrado en cuestión de minutos. «Llevé a mis hijos a casa de una vecina y le pedí que llamara a la Policía», señaló la acusada.

El juicio acabó ahí. Ante la confesión de la procesada, la magistrada presidenta disolvió el jurado y el caso quedó visto para sentencia. El fallo impondrá a Carrillo 15 años de cárcel por un delito de homicidio con la agravante de parentesco. Como pactaron las partes, la mujer deberá indemnizar con 160.000 euros al hijo común con la víctima y con otros 150.000 euros a los padres del hombre.

La acusada, encarcelada desde que ocurrieron los hechos, se abrazó a varios familiares que acudieron al juicio antes de ser trasladada de nuevo por la Policía Nacional al centro penitenciario de Palma.