Salió de casa con 50 euros, el DNI y lo puesto. No dijo nada. No se despidió. Nuria López Santiago, la joven de 20 años a la que se perdió la pista el pasado 11 de octubre, continúa desaparecida. Su familia busca sin descanso. Almería está llena de carteles con su foto, muchos la ven, pero nadie la encuentra.

Son multitud las llamadas que afirman verla por la calle. No llegan a tiempo. La alerta es alta, los miedos, todos: la joven tiene una discapacidad intelectual del 66%. Tiene la felicidad, sonrisa e inocencia de un niño de dos años. Confía en todo el mundo, no ve el peligro, lo que la convierte en vulnerable. Muy vulnerable. 

Sola en casa

"Aquel lunes, Nuria estaba en la casa de su otra tía", explica Lidia Gálvez, prima de Nuria. Desde hace meses, la chica convivía con dos familiares, la madre de Lidia y la otra familiar en cuya casa estaba cuando desapareció. Alternaba por temporadas.

"Tenía que ir al hospital a hacerse unas pruebas médicas, así que Nuria se quedó en casa durmiendo. No tardó en volver, regresó al poco tiempo, antes del mediodía. Cuando entró en casa y fue a la habitación, Nuria ya no estaba". Llamaron por teléfono pero no hubo respuesta, lo había dejado en la habitación.

Imágenes compartidas por la familia.

"Abandonada" por su madre

Extrovertida, risueña, feliz. Siempre riendo, sonriendo. Un lema: "Yo soy happy", le gustaba decir. Sus continuas carcajadas daban fe. Todo pese a que su vida nunca fue fácil, cuenta su prima. "Su madre se desentendió de ella", lamenta. "Cuando sus padres se separaron, Nuria se quedó con su padre. Hace tres años que él falleció, y entonces se quedó con su abuela materna", explica Lidia, pero tres meses después ella también murió.

"La madre de Nuria dijo en la puerta del cementerio -enterrando a su madre- que no iba a hacerse cargo de su hija", afirma su prima. "Mi madre, que es madrina de Nuria, dijo que no se quedaría sola y desde entonces vivió con nosotras".

La policía contactó con la madre de Nuria por si la chica estaba con ella. Esta respondió que "no quería saber nada de su desaparición"

La policía chocó con el primer muro nada más arrancar la búsqueda. Aunque su familia no lo veía como opción, barajaron la posibilidad de que Nuria hubiera ido en búsqueda de su madre. Todo era posible. "Contactaron con la madre de mi prima, pero dijo que no quería saber nada. Ni de ella ni de la desaparición".

La infancia de Nuria no fue mejor. "Sufrió en el colegio, por su discapacidad, por ser gordita... Ella contaba que le llenaban la cartera de agua,e incluso, le partieron un dedo con una piedra. Nuria se lo contaba a su madre, que por aquel entonces no estaba separada, y no hacía nada, se reía", asegura Lidia. "Ni siquiera la había llevado al médico para que diagnosticara su discapacidad", añade.

"Nunca estuvo presente en la vida de su hija, solo lo hizo cuando cumplió los 18 años. Se la llevó, la convenció para que firmara un papel en un banco y pidió a nombre de Nuria un préstamo de 3.000 euros que la niña sigue pagando, hasta febrero de 2022".

Un día después de desaparecer escribió a un chico, con un móvil que pidió prestado por la calle. No hay más noticias

La discapacidad de Nuria la convierte en vulnerable y la policía comienza desde el primer día una contrarreloj para encontrarla. La joven almeriense va dejando rastro, pero su estela se perdió a las 24 horas de la desaparición.

"Estuvo en Aguadulce (Roquetas de Mar, Almería) al día siguiente de desaparecer. Sabemos que le pide el teléfono a una persona que pasa por la calle, a un chico. A través del Instagram de este chico le mandó un audio a un supuesto novio -la familia desconocía que Nuria tuviera una relación- pidiendo que la recogiese allí", cuenta su prima.

Una cámara de seguridad captó la imagen de Nuria, esperando en la calle, quieta, hasta las tres de la tarde y luego se marchó. El joven no apareció. La policía lo citó a declarar y averiguó que en realidad había intercambiado mensajes con Nuria antes de desaparecer, pero no era su novio (el chico acudió a comisaría acompañado de su pareja real).

"El joven ni siquiera había llegado a escuchar el audio. Lo abrió en comisaría, delante de los agentes y advirtió que no lo había visto antes", afirma su prima.

Los investigadores han conseguido localizar al taxista que llevó a Nuria hasta el punto donde desaparece. "Cuando el conductor la dejó en Aguadulce ella le dijo que solo tenía 10 euros para pagarle, que ya no tenía dinero. Entonces el taxista solo cogió esa cantidad. Mi prima a día de hoy no tiene dinero. Sale con 50 euros, los gasta, no tiene más".

"La han visto sola y acompañada. Pueden ser ciertas las dos"

Tras su parada en Aguadulce, desaparece. La policía busca sin descanso, su familia recorre Almería, sembrado con fotos de ella desde entonces, y multitud de personas mira entre la gente para ver si la ven. Lo hacen, contactan a diario afirmando que han visto a alguien que se parece a ella. Por diferentes puntos de Almería. Algunas personas afirman que camina sola. Otras, en cambio, señalan que un joven camina con ella de la mano. "Pueden verla sola, o acompañada, se ha comprobado que pueden ser ciertas las dos".

Muchos de los avistamientos han llegado a la asociación SOS Desaparecidos, que arropa a la familia desde prácticamente el primer día de búsqueda. Joaquín Amills, presidente, alma y voz de la asociación, cuenta que "se han recibido muchísimos avisos, algunos han sido descartados, pero la gran mayoría eran reales. A algunos se les ha dado máxima credibilidad", cuenta.

"La desaparición de Nuria nos tiene muy, muy preocupados. Es una persona de 20 años y muy, muy vulnerable". Amills, docto en desapariciones, teme que alguien esté aprovechándose de la inocencia de la joven. "Es evidente que tiene que estar con alguien y este es el miedo que tenemos de que pueda estar siendo manipulada por terceros".

Lidia, su prima, opina igual: "No lleva dinero. Nos preocupa porque no sabemos qué persona la va a estar manteniendo: comprando ropa, dándole de comer, ¿a cambio de nada?". La joven añade: "creo que alguien ha hablado con ella, le ha prometido algo… y se lo ha creído. Para confiar es muy infantil. Es muy inocente, Nuria no ve la maldad".

Amills recuerda que la foto y el cartel de desaparición de Nuria está en todos los cajeros automáticos de la red Euronet ATM España y Europa, por si alguien la reconoce. Aunque ni él, ni la familia de la chica creen que haya podido llegar tan lejos.

Ante cualquier avistamiento de Nuria, se ruega llamar al 091 - 112 o cualquier teléfono de SOS Desaparecidos.

La policía trabaja sin descanso. Comprueban cámaras, preguntan, rastrean. Exploran las redes sociales de la joven. Activa en ellas, sobre todo en Instagram, "aceptaba a todo el mundo", afirma su prima, "aunque personalmente no conocía a prácticamente nadie".

La cifra de amigos de Nuria en redes sociales se cuentan por miles, muchos de ellos de origen magrebí. Todos están siendo analizados por la Policía Nacional. "No dejan de buscar a mi prima. Estamos en continua comunicación", afirma Lidia, que lanza un ruego: "por favor, si alguien la ve que avise a la policía, a Sos Desaparecidos, que lo haga rápido y que no le pierda la pista hasta que lleguemos".

También le lanza un mensaje a su prima, Nuria, la eterna niña. "Si me estás viendo, o leyendo, sé que no te sabes los números de teléfono pero puedes ponerte en contacto conmigo a través de cualquier red social". Inocente, divertida, a la que "le gusta jugar, bailar". La joven que ha sufrido mucho, pero sonríe, y no guarda rencor. La chica a la que buscan, ven y no encuentran. Lidia extraña la sonrisa de su prima. Desde que desapareció, la suya tampoco está.