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El preso asturiano fugado en León vuelve a huir tras robar otro coche

Gran dispositivo para dar caza al prófugo, “viejo conocido” del concejo cabranés: “No estaremos tranquilos hasta que lo pillen; la va a armar gorda”

Santa Eulalia de Cabranes. | Nacho Orejas

Como preveían las autoridades, la persecución de Miguel Ángel Crespo, preso fugado el martes de la cárcel de Villahierro de Mansilla de las Mulas (León), se trasladó ayer a Asturias. La Guardia Civil tenía controlado el entorno por donde podía moverse, en el concejo de Cabranes, donde está enraizado y tiene familia. Así dieron con su pista. Pero luego volvió a esfumarse.

A media mañana, agentes de la Guardia Civil localizaron el vehículo Peugeot que había sustraído en León para darse a la fuga junto a su pareja. Lo hallaron en una carretera entre Cabranes y Nava. A partir de ahí, los esfuerzos se redoblaron para tratar de atraparlo. Miguel Ángel Crespo, tras dejar su vehículo abandonado, emprendió una huida de varios kilómetros a pie por el monte hasta llegar a un supermercado de Villaviciosa, donde logró sustraer otro coche para poder escapar de la Guardia Civil, que incluso empleó su helicóptero en el dispositivo de búsqueda.

Los vecinos de Cabranes se vieron sorprendidos por el gran despliegue de la Benemérita. Allí saben quién es Miguel Ángel Crespo, “un viejo conocido, pues todos en el pueblo conocemos su pedigrí”. Relatan –siempre prefiriendo guardar el anonimato– que durante la tarde del jueves ya se dejó ver por la zona: “Anduvo por el pueblo con una chica y se acercó al bar pero estaba cerrado y marchó”. Lo siguiente que se sabe es que abandonó el coche robado y “se echó al monte”.

Aunque natural de Siero, relatan los vecinos, “se crió con sus tíos en Cabranes, pero venía de una familia desestructurada”. Aseguran que “desde que era adolescente ya cometía actos delictivos”. Viendo la magnitud de los acontecimientos –con un helicóptero sobrevolando la zona durante horas–, los vecinos reconocen que la alarma social era tangible. “Esto es un pueblo pequeño donde toda la vida se tuvieron las puertas de las casas abiertas, y hoy (por ayer) se cerraron”, afirman, antes de añadir: “Todos sabemos que hay que tener cuidado con él”. De hecho, no pocos cabraneses sostienen que “hasta que no lo cojan aquí no va a estar tranquilo nadie, porque ya lo conocemos. Esti va a armar una muy gorda porque el Lute a su lado era un santu”, lamentan. También recuerdan que en otra ocasión ya se había dado a la fuga “y lo acabaron cogiendo”. En cuanto a su historial, los vecinos coinciden en que cuando vivía en Cabranes, antes de mudarse a León, ya había cometido numerosos robos en viviendas y negocios de la zona. Crespo se escapó de la cárcel aprovechando una salida para trabajos comunitarios y en el robo de coche que perpetró en León hirió a su propietario.

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