A la Primitiva millonaria sin dueño conocido que tocó en A Coruña en 2012, dotada con un premio de 4,7 millones de euros, le siguen saliendo pretendientes, pero la Policía Nacional ha recabado datos y pruebas y ha realizado seguimientos hasta dar con el que considera legítimo propietario. En la investigación ha comprobado que el jugador utilizaba siempre una serie de números que repetía en todas sus apuestas y que se encuentran entre el grupo de boletos sellados en Carrefour de Alfonso Molina y comprobados en la administración de San Agustín, aunque no es el boleto ganador, pues este salió de una apuesta automática. Los movimientos de su tarjeta de crédito también sitúan en ambos lugares y en esos momentos a este hombre, que ya falleció.

El presunto dueño de la Primitiva millonaria elegía siempre los mismos números para sus apuestas, según ha podido comprobar la Policía, que no solo ha encontrado esas apuestas en otras administraciones de A Coruña sino también en otras ciudades, a las que el hombre iba de viaje, momento en el dejaban de hacerse en las administraciones coruñesas y se registraban en otras zonas de España. Se comprobaron sellados y cobros con la misma combinación en diferentes localidades.

Estos números, identificados por la Policía, aparecen entre las apuestas realizadas, junto a la automática que resultó ganadora, en el Carrefour de Alfonso Molina el 26 de junio de 2012. También figuran en el lote de cuatro boletos entregado en San Agustín a las 11.25 y 39 segundos del 2 de julio de 2012. No solo eso, sino que, según los registros de la máquina que se recogen en un informe policial, después de que apareciese en pantalla el mensaje “Premio Superior. Llevar resguardo a la Delegación” y de pagar un premio inferior al apostante por otro boleto, se realizaron “ocho nuevas transacciones de apuestas, entre las cuales se encontraban las apuestas manuales previamente presentadas a cobro por el jugador”.

Los movimientos de la tarjeta de crédito del, para la Policía, propietario del boleto premiado con 4,7 millones de euros lo sitúan tanto en Carrefour como en las inmediaciones de San Agustín en ambos casos. Los sistemas de geolocalización utilizados por la Policía concluyen que este hombre estaba en un supermercado próximo a la administración de la calle Pío XII.

Esta serie de comprobaciones permiten a la Policía Judicial concluir que Manuel Eugenio Reija, responsable de la administración de San Agustín, que aseguró haberse encontrado el boleto cuando estaba “solo”, no puede ser considerado “en modo alguno legítimo propietario del resguardo”. La investigación señala que el lotero “indiscutiblemente” se hallaba frente al apostante, pues se realizan apuestas sobre las mismas combinaciones 49 segundos después de su primera presentación a cobro.

Primeras investigaciones

Cuando Manuel Reija comunicó a su hermano, Miguel Reija, delegado provincial de Loterías, el hallazgo del billete premiado, el 3 de julio de 2012, este lo traspasó a la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), según la Policía Judicial, y se notificó al Servicio de Control de Juegos de Azar. La Selae, que pidió el registro de las máquinas, instó a la Policía Judicial a analizar las huellas dactilares para poder identificar al posible propietario. El análisis reveló un total de once huellas dactilares, pero ninguna relevante.

Según el informe policial, se les tomaron las huellas a la gerente de la administración de Carrefour, a su marido y a su empleada, para ver si se correspondían con las halladas en el resguardo ganador. Ambos declaran que ese mismo día, señala la Policía Judicial, el delegado provincial de Loterías, Miguel Reija les dijo que, “una persona honradísima y muy formal, había hecho entrega del boleto premiado” [en referencia a su hermano] y les había pedido “que no se preocupasen, que ya los tendría informados”, algo que, según revela el informe policial, “nunca hizo”. El lotero del centro comercial apuntó también en su intervención con la policía que el delegado de Loterías podría haber hecho algo más por intentar conocer quién era el legítimo dueño del boleto millonario ya que, si bien la administración no contaba con cámaras de seguridad, sí que las tenía Carrefour, por lo que podría haber reclamado las imágenes para esclarecer el caso.

El lotero de San Agustín: “Estoy muy tranquilo, no me muevo de mi posición porque es la verdad y es la única verdad”

El lotero de San Agustín, Manuel Reija, investigado por el caso de la Primitiva millonaria junto a su hermano, Miguel Reija, y otros cuatro directivos de Loterías, mantiene la versión que dio ante la jueza y asegura que estaba “solo” cuando se encontró los cuatro boletos, entre el que estaba el premiado con 4,7 millones de euros. “En el momento en el que los encuentro, estoy absolutamente solo. Se han interpretado una serie de cosas por parte de la Policía que pienso que son un error”, comenta, y añade: “Lo aclararé todo donde tenga que aclararlo, si es delante de un juez, pues delante de un juez”. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 8 concluye en un reciente auto que, tras la investigación, los hechos, ocurridos en julio de 2012, pueden ser constitutivos de un presunto delito de apropiación indebida e insta a las partes, incluida la Fiscalía, a que soliciten la apertura de juicio, el sobreseimiento de la causa o la práctica de nuevas diligencias judiciales. “Si llego a saber que me iba a ocurrir todo esto por hacer lo que creía que era correcto...”, reflexiona Reija, que en declaraciones a la jueza dijo que su “primera intención siempre fue encontrar al propietario del boleto”. “Me parece todo un sinsentido”, resume el lotero de San Agustín, que insiste en que halló ese boleto, no lo sustrajo. “Estoy muy tranquilo, no me muevo de mi posición porque es la verdad y la única verdad”. “Se han confundido muchas cosas, pero en su momento ya se explicará todo”, avisa. En un primer momento, Reija dijo que había encontrado solo un boleto, “en la parte exterior del cristal de seguridad, junto al pasamonedas”, cuando en realidad eran cuatro, dato que modificó ante la jueza, alegando que había sido un despiste. “Estoy muy decepcionado con todo esto. Yo hice lo correcto. Tengo mi verdad, que creo que es la única verdad”, concluye.