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Una década para esclarecer la causa real de la muerte de Martina Rossi

El Supremo italiano ratifica la condena de seis años a los agresores que pretendían forzar a la joven el 3 de agosto de 2011 en un hotel de Cala Major y confirma que el fallecimiento se produjo cuando la víctima intentaba escapar

La joven italiana fallecida en una foto de archivo.

Una década ha tenido que transcurrir para que la causa del fallecimiento de Martina Rossi, al precipitarse desde la sexta planta del hotel Santa Ana de Cala Major quedara acreditada por completo. La joven italiana falleció al precipitarse de manera accidental cuando trataba de escapar de una agresión sexual.

El Tribunal Supremo italiano dictó una sentencia firme en la que confirma este extremo y la condena de seis años de prisión a Alessandro Bertoni y Luca Vanneschi. Estos dos jóvenes transalpinos estaban con otros tres en la habitación de la que pretendía huir la víctima. El Tribunal de Apelación de Florencia ya había dictado una resolución en estos términos y la más alta instancia la ratificó.

El empeño de los padres de Martina por demostrar que su hija no se había suicidado ni que estuvo haciendo balconing fue refrendado en todos los extremos por la justicia de su país. Su lucha, jalonada por un rosario de vicisitudes y sinsabores, pero ha tenido como recompensa el total respaldo judicial de la justicia italiana.

La madrugada del miércoles 3 de agosto de 2011, Martina Rossi había salido de fiesta con unos amigos. Al regresar al hotel Santa Ana de Cala Major, donde se alojaba, se topó con una pesadilla en una habitación. Al intentar huir de una violación, la víctima trató de saltar al balcón contiguo y cayó al vacío desde una altura de 20 metros hacia una muerte segura. Los pantalones y las chanclas de la chica quedaron arriba.

Investigadores de la Policía Nacional acudieron al hotel para averiguar qué ocurrió. Los agentes tomaron declaración como testigos a los ahora condenados. Estos dijeron desconocer qué pasó. Las hipótesis que se barajaron sobre la muerte de Martina se atribuían a una causa accidental o, a lo sumo, un suicidio. El Juzgado de Instrucción número 11 de Palma archivó el caso con esta última premisa.

Sin embargo, la familia de Martina Rossi se opuso desde el primer momento a esta versión de los hechos. Su entorno más cercano estaba convencido de que la joven no tenía motivos para suicidarse ni tampoco para hacer balconing.

Como ya adelantó DIARIO de MALLORCA el 1 de febrero de 2014, la Fiscalía de Génova acusó a los jóvenes ahora condenados, de 21 y 23 años, de la muerte de Martina Rossi. Los familiares de la víctima habían puesto los hechos en conocimiento del Ministerio Público genovés. Bruno, el padre de la joven, ya se mostraba entonces convencido de que había una mano criminal tras la muerte de su hija.

Protesta ante el juzgado italiano en la que piden justicia para la víctima.

A instancia de la Fiscalía, el cadáver de Martina fue exhumado en abril de 2014 en busca de más pruebas que respaldaran esta hipótesis creciente de que la joven sufrió un intento de agresión sexual.

El cerco se fue estrechando en torno a los dos principales sospechosos. En una grabación obtenida antes de que los ahora condenados prestaran declaración, Alessandro Bertoni y Luca Vanneschi se jactaban de haber engañado a la Policía. «No han encontrado en su cadáver signos de violencia», insistía el primero con evidente nerviosismo.

Falso testimonio

Sus amigos también fueron juzgados. Se les acusaba de un delito de falso testimonio por haberles fabricado una coartada falsa. La Fiscalía les acusó de mentir en sus declaraciones para exculpar a los dos principales sospechosos.

Un tribunal de Arezzo dio la razón a la familia de Martina Rossi. Condenó a los dos acusados a seis años de prisión. Sin embargo, el caso dio un nuevo vuelco. El recurso de los procesados dio resultado y fueron absueltos. Las protestas por el fallo se sucedieron en Italia.

Grabación de los acusados en la que se preguntan por los signos de violencia en el cadáver.

La familia no desistió y la Corte de Apelación de Florencia les dio la razón. Los dos procesados fueron condenados a seis años. El Supremo transalpino ratificó esta resolución en todos sus extremos y ya es firme, no cabe recurso alguno. Bruno Rossi tenía sentimientos entremezclados al conocer el fallo del tribunal. Pese al dolor por la muerte de su hija, se sentía aliviado. «Se ha hecho justicia», recalcó.

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