Agentes de la Policía Local de Palma capturaron en la madrugada del domingo a un chihuahua agresivo que se había colado en el interior de un edificio de la barriada de Corea y que impedía a una mujer acceder a su domicilio. Los agentes tranquilizaron y ataron al animal, y lo entregaron al centro de Son Reus, que buscaba al propietario.

La llamada, recibida de madrugada en la central del 092, advertía de que un perro agresivo se había colado en el interior de una finca de la calle Juan de Austria, en la barriada palmesana de Corea, e impedía que una vecina pudiera entrar en su domicilio. Dos dotaciones de la Policía Local que se encontraran en las inmediaciones acudieron con urgencia, ante la posibilidad de que se tratara de un ejemplar de raza peligrosa y pudiera herir a alguien. Una vez allí se encontraron con un chihuahua que gruñía asustado, acorralado en un rellano. Uno de los agentes trató de tranquilizar al animal y lo ató con una cuerda. El can fue finalmente trasladado a Son Reus, donde estaba previsto que realizaran gestiones para tratar localizar a sus dueños.

El incidente ocurrió sobre las tres de la madrugada del pasado domingo. La central del 092 de la Policía Local recibió un aviso. Un perro agresivo se había colado en la finca de la calle Juan de Austria, en la zona de Corea, e impedía que una mujer pudiera entrar en su casa.

De inmediato se movilizó a las patrullas más cercanas ante la posibilidad de que se tratara de un animal de una raza potencialmente peligrosa que pudiera herir a alguien. Coincidió que en la zona se encontraban dos dotaciones, que participaban en un dispositivo especial de protección a los empleados de Emaya, que suelen ser acosados por algunos individuos en la barriada.

Los agentes acudieron con urgencia al lugar, y localizaron a varios vecinos, que tenían rodeado a un animal. Algunos llevaban palos de madera para tratar de protegerse. 

El animal fue trasladado a Son Reus, donde se realizaron gestiones para localizar a su propietario

Cuando los policías se acercaron descubrieron que se trataba de un diminuto chihuahua. El perro estaba muy nervioso y asustado, y gruñía e intentaba morder a quien se acercara.

Los agentes intentaron tranquilizar al animal. Uno de ellos, armado de paciencia, se acercó y le ató con una cuerda, al tiempo que le acariciaba. Finalmente lograron sacarle de allí y alertaron a la perrera municipal de Son Reus. 

Los operarios del centro iniciaron gestiones para confirmar si el animal tenía chip identificativo que permitiera localizar a su propietario.

Los policías sospechan que el perro podría haber sido sustraído y que podría haber sufrido algún maltrato antes de escaparse, lo que explicaría su reacción agresiva cuando fue localizado.