Un dentista de Palma ha sido condenado por una negligencia con una paciente, a la que colocó cuatro implantes de manera defectuosa y causó una infección e importantes secuelas. La víctima, de 75 años, tardó dos años en recuperarse y precisó una intervención quirúrgica para subsanar el problema. El acusado admitió su responsabilidad en un juzgado de lo penal, donde se declaró autor de un delito de lesiones por imprudencia grave por el que pagará una multa de 540 euros y deberá indemnizar con 30.000 euros a la perjudicada a través de la compañía de seguros.

Los hechos se remontan al año 2014, cuando el odontólogo trabajaba en una clínica en las Avenidas, en Palma. El hombre, como admitió él mismo en la vista oral, colocó cuatro implantes en la mandíbula inferior a la paciente sin tener en cuenta su edad ni sus características fisiológicas. El dentista utilizó piezas de mayor tamaño del recomendado por el fabricante y no mantuvo entre ellos la distancia adecuada.

A raíz de estas negligencias, se produjo un foco infeccioso que causó el fracaso de dos de los implantes y la fractura de otro. La mujer padeció un intenso dolor mandibular y problemas para masticar. Tuvo que someterse a un prolongado tratamiento médico y una intervención quirúrgica para paliar sus dolencias. Además, tuvieron que extraerle el implante fracturado. En total, tardó algo más de dos años en recuperarse completamente.

La perjudicada denunció lo ocurrido y un juzgado de instrucción de Palma abrió una investigación. La fiscalía acusó al dentista de un delito de lesiones por imprudencia profesional y reclamó para él cinco meses de prisión y dos de inhabilitación para su profesión, así como 40.181 euros de indemnización para la afectada.

El procesado alcanzó finalmente un acuerdo de conformidad con la fiscalía, por el que finalmente acató una multa de 540 euros por un delito de lesiones imprudentes. La compensación para la mujer quedó fijada en 30.000 euros, que deberá abonar la compañía de seguros. La jueza dictó sentencia en el acto.