Cuatro prostitutas y la madama de un prostíbulo de Palma fueron condenadas ayer a sendas penas de un año y nueve meses de cárcel por robar las tarjetas de crédito a cuatro clientes y estafarles casi 13.000 euros. Las acusadas reconocieron que sacaron dinero y efectuaron cargos indebidos en las cuentas de los perjudicados tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la fiscalía. El pacto incluyó una atenuante de reparación del daño, pues habían consignado ya el dinero para indemnizarles.

Los hechos ocurrieron entre abril y junio de 2018 en un local situado en la calle s’Aigo Dolça, en Palma, regentado por una mujer brasileña y en el que dos rumanas y dos guineanas ofrecían servicios sexuales. Las cinco idearon un plan para estafar a los clientes. Cuando los hombres pagaban con tarjeta de crédito, observaban discretamente el número de seguridad que tecleaban y lo memorizaban.

Acto seguido, una de las mujeres distraía a la víctima y otra se las ingeniaba para apropiarse de la tarjeta. Una vez conseguida, realizaban importantes cargos por servicios no prestados o iban rápidamente a un cajero automático para sacar todo el dinero que pudieran.

La Policía Nacional recibió durante aquellos meses ocho denuncias de clientes del local, que descubrieron el fraude al revisar sus cuentas bancarias. Los agentes de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedad (UCRIF) arrestaron a las cinco mujeres en agosto de aquel año, en una investigación que contó con la colaboración de un testigo protegido. Los agentes sospechaban que habían drogado a las víctimas, según informó en su día la Policía, pero esta hipótesis no pudo ser confirmada durante la investigación judicial.

Las mujeres memorizaban las claves de las tarjetas cuando las víctimas pagaban sus servicios

Las pesquisas redujeron además el número de afectados a cuatro. A uno le estafaron 2.760 euros con cargos indebidos, a otro le cobraron fraudulentamente 1.260 euros y sacaron de su cuenta otros 600. El tercer perjudicado sufrió el robo de su cartera y descubrió 14 operaciones fraudulentas por un total de 3.660 euros y el al cuarto le quitaron 4.600 euros.

La fiscalía imputó a las cinco mujeres un delito continuado de estafa y solicitó tres años de prisión para cada una de ellas, así como indemnizaciones para los afectados.

Las cinco mujeres comparecieron ayer en un juzgado de lo penal de Palma, dos de ellas a través de videoconferencia. Habían consignado ya 2.900 euros para resarcir a los estafados, por lo que se apreció la atenuante de reparación del daño. Tras el acuerdo alcanzado entre la fiscal sus abogados, todas reconocieron su implicación en los hechos, se declararon autoras del delito y se conformaron con sendas penas de un año y nueve meses de cárcel.