El portavoz de la familia materna de las niñas Olivia y Anna, asesinadas en Tenerife el pasado 27 de abril, Joaquín Amills, confirmó en la jornada de ayer que algunas empresas ya se han ofrecido para participar en los trabajos para la localización de los cadáveres de la hija menor de Beatriz Zimmermann y del de Tomás Gimeno. Amills aclaró que ambas sociedades son españolas y supuestamente disponen de robots capacitados para afrontar tareas de estas características a grandes profundidades.

La información que posee la mujer se le ha suministrado ya a la Guardia Civil, con el objetivo de que la tenga en cuenta a la hora de valorar alternativas a los equipos tecnológicos del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, que no se prevé que continúe muchos días más frente a la costa de Santa Cruz de Tenerife.

Hoy se cumplen las tres semanas desde que el citado barco llegó a Tenerife y su intervención, junto con los datos aportados por los investigadores del Instituto Armado, fue clave para localizar el cadáver de Olivia el pasado día 10 del presente mes. Pero, además de que tiene otros compromisos pendientes, una pieza clave, el robot Liropus, sufre problemas operativos, debido al intenso esfuerzo al que ha sido sometido. De hecho, el pasado fin de semana la embarcación estuvo atracada en el Dique Sur del puerto santacrucero por una avería en dicho vehículo no tripulado, que se encarga de tomar imágenes y recoger objetos del lecho marino.

Salvamento Marítimo

La Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) dispone de un robot submarino controlado a distancia que, en principio, tendría capacidad para participar en la búsqueda de los cuerpos de la niña Anna y su padre y presunto asesino, Tomás Gimeno, a una gran profundidad. Salvamento Marítimo posee el robot submarino no tripulado Comanche, que puede descender para efectuar trabajos a unos 1.000 metros de profundidad. Fuentes autorizadas de dicha institución declinaron realizar cualquier tipo de declaración sobre este asunto y remitieron a hablar con la Guardia Civil. Y fuentes cercanas a la investigación se limitaron a decir en la jornada de ayer que todavía se están valorando diferentes opciones en este ámbito.

Según los datos divulgados por parte del mencionado organismo, que depende del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el Comanche cuenta con un sonar de búsqueda con un alcance máximo de 300 metros, un sonar-altímetro de 50 metros de alcance, un profundímetro y una baliza de destellos para su localización en superficie.

Dicho robot está equipado con tres cámaras de alta definición y diferentes tipos de brazos para la recogida en el fondo marino de objetos de diversas características. El referido elemento participó en el rescate de dos embarcaciones pesqueras perdidas en Galicia en el 2004, en el naufragio del barco Nueva Pepita Aurora en el 2007, así como en la búsqueda de dos pescadores de El Fairell en el 2017, entre otros servicios. A comienzos del 2020 se produjo el naufragio del pesquero Rua Mar, a raíz de la borrasca Gloria. El vehículo no tripulado Comanche permitió la recuperación del cadáver de un tripulante y el hallazgo del citado barco, con lo que descartó otras localizaciones erróneas.

Te puede interesar:

Según los datos oficiales suministrados por Salvamento Marítimo, el robot Comanche puede operar a un kilómetro de profundidad, siempre y cuando las condiciones meteorológicas sean las adecuadas. Por ejemplo, no se puede utilizar si existe un viento con una velocidad superior a los 25 nudos, ni tampoco si hay más de fuerza cuatro en la escala Douglas en el estado del mar.

El Comanche dispone de un total de siete motores, de los que cuatro impulsan en el plano horizontal y otros tres en línea vertical. Con estos propulsores llega a alcanzar una velocidad de tres nudos. Su sede habitual está en la Base Estratégica de Salvamento y Lucha contra la Contaminación de Fene, en La Coruña. Tiene una capacidad de carga útil de unos 250 kilos. La energía y las órdenes al robot no tripulado se le envían mediante un mando a distancia, que va conectado al cable umbilical que enlaza el robot con la embarcación.