Un hombre fue condenado ayer a tres años y medio de prisión por causar dos accidentes de tráfico en los que resultaron heridas cuatro personas con un coche que acababa de robar en Palma. El acusado, toxicómano y sin carné de conducir, se llevó el vehículo de una vivienda que acababa de desvalijar y huyó tras los siniestros. Días después cometió otro robo en un domicilio. Ayer reconoció los hechos y se declaró autor de delitos de robo con fuerza, contra la seguridad vial y lesiones imprudentes y acató la pena tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía, que reclamaba en principio cinco años y medio de prisión.

Los hechos ocurrieron el 15 de junio de 2019. El acusado, de 58 años, se coló hacia las cinco de la tarde en una vivienda de la calle Joan Mascaró i Fornés, en el Secar de la Real. Forzó una persiana y rompió un cristal para entrar y logró apoderarse de varios joyeros, con alhajas valoradas en 6.110 euros. Además, se llevó las llaves de un coche que estaba aparcado allí mismo.

El hombre aprovechó para adueñarse también del vehículo, con el que se marchó a gran velocidad pese a no haber obtenido jamás el permiso de conducir. Apenas había recorrido unos metros a gran velocidad cuando, en el cruce de la calle Blavets de Lluc, chocó contra un coche parado ante un semáforo, que salió despedido y se estrelló con otro. Dos personas que iban en estos automóviles resultaron heridas.

Pese a la colisión, el delincuente siguió circulando. Llegó hasta las Avenidas, donde a las seis de la tarde volvió a estrellarse contra un turismo, también detenido en semáforo. Los dos ocupantes sufrieron también lesiones. El acusado volvió a darse a la fuga. Circuló hasta la calle Can Espanya, cerca de la plaza Banc de s’Oli, y dejó allí abandonado el coche robado. El ladrón vendió después en diferentes establecimientos de compraventa de oro las joyas que había robado en la vivienda.

El hombre volvió a las andadas dos semanas más tarde. El 2 de julio se coló en un domicilio de la calle Gesamí. Forzó la persiana de una de las puertas y consiguió hacerse con diversas joyas valoradas en 1.750 euros y 1.540 euros en metálico. La Policía Nacional lo detuvo dos días después y el acusado pasó casi un año en prisión, donde ya había estado por su amplio historial delictivo.

La fiscalía le imputó delitos de robo con fuerza en casa habitada con la agravante de reincidencia, robo de uso de vehículo a motor, contra la seguridad y lesiones imprudentes. Reclamó una condena de cinco años y medio de cárcel. Ayer, el fiscal y el abogado defensor alcanzaron un acuerdo de conformidad que contempló la atenuante de drogadicción y el hombre aceptó finalmente tres años y medio de prisión durante la vista en un juzgado de lo penal.