Una prostituta búlgara de 28 años y dos sicarios británicos de 33 y 38 aceptaron ayer sendas penas de nueve años de prisión por el violento asalto que sufrió un millonario inglés en su casa de vacaciones, un lujoso chalé en el Port d’Andratx en 2019.

La prostituta viajó en avión a Mallorca, con todos los gastos pagados, para tener una cita sexual con un millonario británico de 59 años, separado y padre de dos hijas, en su exclusiva casa del Port d’Andratx. Ambos mantenían encuentros sexuales esporádicos en la isla y en otros países de Europa, donde el empresario tiene propiedades, desde que se conocieron en un burdel de Bélgica en el que ella trabajaba, siete años atrás.

Aquel 4 de septiembre de 2019, la mujer no acudió sola: «Ella llegó sobre las once y veinte de la noche, la dejé entrar en mi casa. Me pidió que pusiera la música alta mientras me daba un baño. Y ahí estaba, en la bañera, cuando, de repente, dos hombres altos y fuertes, vestidos con pasamontañas, guantes, botas y protecciones militares, y armados con dos machetes, entraron y me dijeron: no digas nada o te matamos», denunció este conocido magnate ante la Guardia Civil tres días después de ser asaltado.

Los tres acusados reconocieron los hechos ayer en la Audiencia Provinvial de Palma y aceptaron cada uno una pena de nueve años de cárcel por los delitos de robo con violencia e intimidación y extorsión. 

El fiscal, que inicialmente solicitaba para ellos una condena de catorce años de cárcel, rebajó su petición de pena al retirar la acusación de detención ilegal. El abogado Jaime Campaner, que ejerce la acusación particular, había pedido 21 años de prisión para cada uno de ellos.

Según la investigación realizada por la Guardia Civil, los dos asaltantes estarían vinculados con la banda motera Hells Angels (Ángeles del Infierno), conocida por cometer delitos de naturaleza violenta. De hecho, ayer uno de ellos se presentó en la Audiencia con una camiseta de la banda. 

Los tres estaban acusados de actuar en connivencia para secuestrar y robar al empresario en Mallorca en septiembre de 2019, aprovechando que la mujer era «perfecta conocedora de su solvencia económica y de su vida familiar». 

Según las pesquisas, aquella noche la prostituta abrió la puerta a los asaltantes mientras el empresario estaba en la bañera. Allí le asaltaron y le retuvieron , desnudo y mojado, durante más de una hora en su casa. «Uno de ellos sacó su teléfono móvil y me enseñó fotografías de mis hijas, de 15 y 20 años, de mi exmujer y de mi casa en Bélgica. Me exigió que le entregara 150.000 euros o, de lo contrario, las matarían», dijo la víctima.

Cuando sus secuestradores se marcharon, el empresario sufrió un ataque al corazón, que le hizo ingresar en el hospital, donde le practicaron un cateterismo.

Después huyeron juntos de España a Reino Unido tras extorsionar al hombre, exigiéndole 150.000 euros bajo la amenaza de que si no les pagaba harían daño a su familia. Asustado, el empresario llegó a enviarles 134.000 euros antes de denunciar el caso ante la Guardia Civil, que consiguió ubicar a los secuestradores en su casa la noche del asalto gracias al GPS del coche que alquilaron en el aeropuerto.