La Audiencia Provincial ha condenado a 14 años de prisión a un exprofesor del colegio San Alfonso María de Ligorio por abusos sexuales a cinco alumnas. El tribunal considera probado que el hombre manoseó a otras tres menores, pero entiende que estos casos no tienen entidad suficiente para ser calificados como abusos y los considera delitos de coacciones, por los que le impone diversas multas. El fallo señala que el docente, despedido cuando se recibieron las denuncias en 2018, se aprovechó de su «ascendencia» ante las víctimas y de la confianza que estas le tenían. La condena no es firme y pude ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears.

La sentencia de la sección primera de la Audiencia considera probado que el acusado, de 64 años y profesor de matemáticas durante décadas en el colegio, sometió a tocamientos en los pechos, los hombros, la cintura y las rodillas a ocho de sus alumnas entre 2016 y 2018. En todos los casos lo hizo para satisfacer sus deseos sexuales, según el tribunal. Los magistrados consideran totalmente creíbles las declaraciones de las adolescentes, que relataron cómo el acusado le acariciaba diferentes partes del cuerpo e incluso les metía la mano por dentro de la ropa durante las clases. Una de las víctimas es una chica con una discapacidad psíquica del 34 por ciento que tenía 12 años. Según declara probado la sentencia, el acusado la llevó a la sala de profesores y le dijo que le apetecía tener sexo con ella.

El fallo señala que los tocamientos del docente incomodaron a todas las alumnas, pero establece dos tipos de tocamientos. Por un lado, considera que en cinco de los casos estos actos constituyen delitos de abuso sexual, cuatro de ellos continuados, y le impone penas que suman 14 años de cárcel. Respecto a los otros tres, la sentencia señala que pese a ser tocamientos «inapropiados, no alcanzan la entidad para ser calificados de abusos sexuales». Así, considera que son delitos leves de coacciones por los que debe pagar en total 1.540 euros de multa.

Los magistrados incluyen sendas órdenes de alejamiento de las víctimas durante diferentes plazos y le imponen además cinco años de libertad vigilada por cada delito de abuso sexual. Esta medida le obliga a someterse a un programa terapéutico y la prohibición de desempeñar labores docentes o cualquier actividad educativa, lúdica o deportiva relacionada con menores durante cinco años.

Los hechos salieron a la luz cuando las quejas de las alumnas llevaron al colegio a informar a la Policía, que organizó una charla en la que las víctimas relataron los tocamientos que habían sufrido en los meses anteriores.

Indemnización de 600 euros a cada víctima

La sentencia condena al profesor a indemnizar con 600 euros a cada una de las ocho víctimas, al margen de que los tocamientos sufridos hayan sido considerados abusos sexuales o coacciones leves. Los magistrados apuntan que esta cantidad es «muy escasa», pero recuerdad que es la que reclamaron tanto la fiscalía como las acusaciones particulares -el propio colegio y el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS)- y que no la sala no puede por tanto conceder una compensación mayor. El tribunal expone que la cantidad solicitada «está muy por debajo» de lo que «suele imponer en casos de abusos sexuales, especialmente a menores 16 años.

En este sentido, la sentencia señala que debe valorarse el «desasosiego que produce una persona que ha de enseñarte el bien y protegerte y que se prevale de esta situación para abusar y vejar».