«Sí, es él». Sin dudar, una joven reconoció ayer en el juicio al hombre que la violó en Palma tras conseguir una cita con ella gracias a un perfil falso de Tinder y otros engaños. Había quedado con un chico «guapo y musculoso» que nada tenía que ver con lo que encontró el abrir la puerta de su casa. «Vi que no era él, pero no pude cerrar. Me dio un empujón y me dijo: ‘Ahora voy a hacer contigo lo que quiera’», relató la víctima entre lágrimas. Según contó, tras la agresión sexual la acosó para conseguir otra cita bajo la amenaza de difundir fotografías íntimas suyas. El procesado, que está cumpliendo una condena de siete años y medio de cárcel por una violación cometida con el mismo modus operandi, negó su implicación. «Todo es falso», sentenció en su declaración. El fiscal pide ahora para él otros diez años y medio de cárcel, mientras la defensa cuestiona la identificación y solicita la absolución.

Los hechos ocurrieron en la primavera de 2015, cuando víctima y acusado tenían 25 años. Ella había venido a Mallorca a trabajar una temporada. No conocía a nadie en la isla y creó un perfil en Tinder, una popular aplicación de citas. Allí conoció a un chico «alto, moreno y musculoso» con el que entabló una relación. «Nos intercambiamos los teléfonos y durante un mes estuvimos enviándonos mensajes», contó. Acabaron concretando un encuentro en persona para mantener relaciones sexuales. 

El sospechoso está preso por violar a otra joven en Palma a la que también extorsionó tras engañarla en una red social

«Él me dijo que le esperara en ropa interior y con un antifaz puesto. Cuando abrí la puerta vi que no era él, sino una persona árabe, obeso y gigante», narró. La víctima cerró enseguida la puerta y contactó con el chico de Tinder para aclarar qué estaba pasando. «Me dijo que era un amigo suyo, que iba para certificar que yo había cumplido el trato de esperarlo en ropa interior. Me pidió que le dejara hacerme unas fotos y yo accedí». El ‘amigo’ se marchó y la mujer recibió poco después una proposición de su contacto. «Me dijo que me tenía que follar a su amigo para comprobar si yo follaba bien. Me negué, me ofreció dinero y drogas, pero dije que no», explicó la joven.

El chico de Tinder le dijo entonces que iría él al domicilio. Pero cuando la mujer abrió de nuevo la puerta se topó con el mismo hombre que ya había estado allí. «Vi que no era él, pero ya no pude cerrar. Me dio un empujón y dijo: ‘Ya está, ahora voy a hacer contigo lo que quiera’». Entonces, la sujetó, la llevó a un dormitorio y la forzó a mantener relaciones sexuales. «Me quedé destrozada», dijo antes de echarse a llorar. La mujer explicó que el acusado contactó luego con ella para exigirle más encuentros sexuales bajo la amenaza de difundir las fotografías que le había hecho. Presentó la denuncia tres años después. «Me daba mucho miedo denunciar pero luego pensé que se lo podía haber hecho a más chicas. Salió lo de La Manada [la violación sexual múltiple cometida en Pamplona] y me animó a denunciar», detalló la mujer, que aseguró haber pensado en el suicidio tras la violación.

El procesado, Mouad E.K., negó en su declaración ser el autor de esta agresión sexual. Dijo que ni siquiera tenía cuenta en Tinder y que nunca ha tenido relaciones sexuales con nadie que haya conocido en las redes: «Todos los hechos son falsos».

El fiscal solicitó una condena de diez años y medio de cárcel por delitos de agresión sexual y coacciones, mientras el abogado defensor puso en duda la identificación de la víctima y pidió la absolución.

Esposado todo el juicio por un grave altercado en la Audiencia

El acusado estuvo todo el juicio con las esposas puestas por orden del tribunal, una situación excepcional motivada por el grave altercado que provocó hace dos años en la Audiencia al saber que iba a ser encarcelado por otra agresión sexual. El 17 de julio de 2019, a Mouad E.K le comunicaron que debía cumplir siete años y medio de cárcel por violar a una chica a la que también engañó con un perfil falso en una red social. Cuando le leían el fallo en un despacho, cogió unas tijeras y las esgrimió contra los funcionarios. Fue finalmente reducido por policías y guardias civiles.