Agentes de la Guardia Civil que investigaron la muerte de un turista británico tras ser agredido en un pub de Magaluf en 2018 aseguraron ayer en el juicio que sospecharon que un empleado del local era el responsable por las declaraciones de los testigos y según lo que se intuye de las grabaciones de las cámaras de seguridad.

En el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Palma, el guardia civil que supervisó el atestado explicó que no se barajó la posibilidad de que el responsable de la patada mortal fuese un cliente, ya que se vio «claramente» que el acusado fue quien atacó a la víctima.

Los agentes detallaron durante sus interrogatorios que varios testigos apuntaban como responsable de la agresión al que fue relaciones públicas de este pub de la calle Punta Ballena, porque apuntaba que el presunto agresor tenía la piel pigmentada y tatuajes, igual que el encausado. «Los trabajadores del pub estaban muy interesados en saber como iba la investigación», dijo uno de los agentes. Uno de los guardias civiles reconoció que le sorprendió que solo uno de los testigos comentase algo sobre la patada en la cabeza de la víctima, un apunte que no se dio a conocer hasta una segunda entrevista. Se trata del único testigo que ha exculpado al principal acusado. Otro de los agentes ha insistido en que el responsable del pub aseguró que las cámaras no grabaron los hechos.