La fiscalía solicita una condena de ocho años y medio de prisión para un joven acusado de una oleada de robos en viviendas y comercios de Palma e Inca. El ladrón se hizo con un botín que supera los 10.000 euros y causó cuantiosos daños para acceder a los inmuebles. El sospechoso solo admitió en el juicio celebrado ayer su participación en dos de los cinco robos que le imputa el ministerio público.

Los robos se sucedieron entre el 16 de agosto y el 3 de noviembre. El delincuente forzaba los accesos a comercios y viviendas para llevarse el dinero en efectivo y los objetos de valor que hubiera, como teléfonos móviles y joyas. El sospechoso, un joven de 20 años, fue finalmente detenido por la Policía Nacional a mediados de noviembre. Desde entonces permanece en prisión provisional. Ayer negó su implicación en la mayoría de los delitos. El caso quedó visto para sentencia.