La rápida intervención de una patrulla de la Policía Nacional permitió salvar la vida a una joven de 29 años que estaba siendo estrangulada por su compañero de piso, un senegalés de 34, en el cuarto de baño de su vivienda, en la barriada palmesana de Pere Garau. Los agentes habían acudido alertados por los vecinos, que habían oído ruido de una violenta pelea. Tuvieron que derribar una puerta para llegar adonde estaba la pareja, y sorprendieron al individuo en el momento en el que asfixiaba a la víctima.

Los hechos, según informa la Policía, ocurrieron durante la madrugada del jueves, cuando la central del 091 recibió una llamada de un vecino de la zona de Pere Garau, que alertaba de que se estaba produciendo una violenta pelea en una vivienda cercana.

Una patrulla policial acudió al lugar a toda prisa. Una vez en la finca, uno de los vecinos les indicó a los agentes el piso de donde procedían los ruidos. 

Cuando se dirigieron allí comprobaron que la puerta de la vivienda estaba abierta. En el interior se encontraron a una joven que tenía heridas en una mano y estaba muy nerviosa, que les pidió que entraran rápidamente. De una de las habitaciones salían ruidos de golpes. Se trataba del cuarto de baño, que tenía la puerta cerrada.

La joven les dijo que en el interior estaba su compañera de piso, que estaba siendo agredida y les suplicó que la salvaran. En el interior oyeron los gritos de una mujer pidiendo ayuda. Los policías derribaron la puerta y descubrieron a un hombre que estaba estrangulando a una mujer por la espalda con la llave conocida como «mataleón», en la que se oprime el cuello con un brazo y que provoca muy rápidamente la pérdida de consciencia y la muerte.

Los policías se lanzaron contra el agresor y la mujer pudo zafarse. El individuo fue inmediatamente reducido y arrestado por un presunto intento de homicidio.

El detenido había arrendado un cuarto a dos jóvenes, pero desde hace dos semanas estaba muy agresivo

El agresor fue trasladado a los calabozos de la Jefatura, donde permanecía ayer a la espera de ser puesto a disposición judicial.

Los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía se encargaron de las diligencias y tomaron declaración a las dos mujeres, de 29 y 32 años .

Según explicaron las víctimas, habían conocido al detenido a través de un anuncio y les había arrendado una de las habitaciones de la vivienda. Manifestaron que el hombre llevaba dos semanas comportándose de una forma muy violenta e intimidatoria, con agresiones verbales y físicas. De hecho, la víctima del intento de homicidio ya había sido golpeada dos días antes por el hombre, que le había propinado un puñetazo, por lo que le había denunciado.

El día de los hechos, el hombre volvió a amenazar de muerte a las dos jóvenes y y dejó abierta la espita del gas, aunque ellas lo cerraron rápidamente.

Finalmente, esa madrugada, el agresor y la víctima mantuvieron una fuerte discusión y la joven le dijo que iba a llamar a la Policía. En ese momento, el individuo la tiró al suelo, la levantó en volandas y la metió en el cuarto de baño y cerró la puerta. Allí le golpeó la cabeza contra la puerta y la inmovilizó del cuello para estrangularla. Fue en ese momento cuando la patrulla policial llegó al domicilio, derribó la puerta y liberó a la mujer.