Con una multa de 2.280 euros han quedado zanjados los abusos sexuales que sufrió la camarera de un bar de Palma a manos de un cliente. El hombre abordó a la mujer en los baños del establecimiento y la manoseó. Ella forcejeó, consiguió sacárselo de encima y salió a la terraza en busca de ayuda. El acusado se enfrentaba a una petición de dos años y cuatro meses de cárcel por un delito de agresión sexual, pero la fiscalía pactó finalmente con el abogado defensor, Óscar Navarro, una simple sanción económica por abusos. El procesado reconoció los hechos, se declaró culpable y acató la pena.

Los hechos ocurrieron hacia las tres de la tarde del 14 de junio de 2019 en bar situado en la calle Manuel Azaña, en el polígono de Levante. Como admitió ayer el hombre, se abalanzó sobre la víctima en los baños del local y la empujó. Acto seguido la sujetó por detrás y empezó a tocarle los pechos y los genitales con clara intención sexual.

La mujer opuso una fuerte resistencia. Hubo un forcejeo hasta que ella consiguió liberarse y corrió a la calle para pedir auxilio. Al lugar acudió una patrulla de la Policía Nacional, que detuvo al sospechoso. Al día siguiente quedó en libertad por orden judicial, pero como medida cautelar se le impuso una orden de alejamiento que le prohibía acercarse o comunicarse con la mujer.

Durante el proceso abierto por un juzgado de instrucción de Palma, la fiscalía consideró que los hechos constituían un delito de agresión sexual y reclamó para el acusado una condena de dos años y cuatro meses de prisión, así como una orden de alejamiento de cinco años. La víctima renunció a ser indemnizada.

Ayer, antes de la celebración del juicio en un juzgado de lo penal de Palma, la fiscal y el abogado defensor alcanzaron un acuerdo de conformidad con una notable rebaja de la condena. Como pactaron las partes, el hombre se declaró autor de un delito de abuso sexual y aceptó pagar una multa de 2.280 euros. La orden de alejamiento se redujo a tres años. La magistrada dictó sentencia en el mismo acto.