Un hombre fue condenado ayer a seis meses de prisión por dejar encerradas a once gallos y gallinas en una furgoneta en pleno verano en Palma. Los animales fueron rescatados por la Policía Local en pésimas condiciones y uno de ellos murió. Estaban hacinados, no tenían agua ni comida y se habían atacado a picotazos entre ellos. El acusado se declaró autor de un delito de maltrato grave a animales domésticos. La pena de cárcel queda suspendida, pero deberá pagar más de 5.700 euros al Ayuntamiento de Palma por el coste de mantener las aves desde que fueron liberadas.

Los hechos ocurrieron en junio de 2019, cuando la Policía Local acudió al aparcamiento de la calle Francesc Julià, en Son Gotleu tras ser alertada por los vecinos. Los agentes descubrieron que en la furgoneta había once gallos y gallinas, hacinados en cuatro carros de supermercado volcados a modo de jaula. Los animales estaban severamente desnutridos y delgados, ya que no tenían alimento alguno, habían perdido casi todas las plumas y tenían numerosas heridas por los picotazos.

Los policías alertaron al Centro Sanitario Municipal de Protección Animal y un operario llevó a los animales a Son Reus. Una de las aves murió poco después y el resto han sido atendidos desde entonces en las instalaciones del Ayuntamiento. Un veterinario certificó el pésimo estado en el que fueron rescatadas.

La Policía Local logró identificar al propietario de los animales, que alegó que había tenido que dejarlas allí debido a la hospitalización urgente de un familiar. Afirmó que los gallos y gallinas solo estuvieron allí un día. La fiscalía le acusó de un delito de maltrato grave a animales domésticos, por el que reclamó una condena de once meses de prisión.

Ayer, antes del juicio, el abogado defensor, Pedro Casado, llegó a un acuerdo de conformidad con el ministerio público. El procesado reconoció los hechos y aceptó seis meses de cárcel, dos años de inhabilitación para tener animales y pagará a Cort los 5.744 euros que ha costado mantener las aves.