Una mujer de 45 años, la única que tuvo que ser hospitalizada a causa de la explosión ocurrida el martes en una lavandería autoservicio de Algaida, recibió el alta esa misma noche. Los otros dos heridos, entre los que está su hija, de diez años, no requirieron ser ingresados. La Guardia Civil proseguía ayer con la investigación para determinar el origen de la deflagración, y todo apunta a una de las bombonas de gas propano que alimentaban las secadoras del establecimiento.
La tremenda explosión se produjo a las seis y media de la tarde del martes, en una lavandería autoservicio de la calle de s’Aigua de Algaida. Resultaron heridos un joven cliente, que estaba en el interior, y la madre y su hija, que pasaban en coche por la calle en ese momento.
Pese a la fuerza de la detonación, los bomberos confirmaron esa noche que la finca no había sufrido daños estructurales. La onda expansiva causó numerosos daños en las casas de los alrededores, que todavía están pendientes de cuantificar.
