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Llorenç Navarro | Oficial de la Policía Local de Palma que salvó a un joven que intentó tirarse de un cuarto piso.

Llorenç Navarro: «Menos mal que éramos tres policías, porque dos no podíamos sujetarle»

Una patrulla policial logró coger a un chico de 19 años que trató de saltar de una ventana

El jefe del grupo, que le cogió del pantalón en el último segundo, relata lo ocurrido

Así salvaron agentes de la policía local aun joven que trató de arrojarse de un cuarto piso

Así salvaron agentes de la policía local aun joven que trató de arrojarse de un cuarto piso

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Así salvaron agentes de la policía local aun joven que trató de arrojarse de un cuarto piso Xavier Peris

«Parecía que todo había pasado, el joven estaba aparentemente tranquilo, sentado en su cuarto. Me dijo que quería beber agua y se dirigió hacia la cómoda, donde había un vaso. De repente, abrió la ventana y se arrojó por ella. Yo conseguí cogerle del pantalón, pero tenía más de medio cuerpo fuera. Uno de mis compañeros vino corriendo y le agarró de los pies, pero el chico hacía fuerza con las manos en la barandilla y no podíamos meterle dentro. Menos más que llegó un tercer agente, que le cogió de la nariz y le obligó a entrar».

El oficial Llorenç Navarro y sus dos compañeros de la Unitat d’Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local de Palma lograron salvar la vida el domingo por la tarde a un joven de 19 años que trató de lanzarse al vacío desde la ventana de un cuarto piso, en un domicilio de las proximidades de la Plaza de Toros. Fue uno de esos momentos cruciales que se resuelven en apenas unos segundos. Lo que tardó en sujetarle del pantalón cuando el chico se lanzó por la ventana delante de él. O el tiempo que entre los tres policías necesitaron para volver a meterle dentro. «Serían apenas veinte segundos, pero se hicieron muy largos», comenta.

El servicio entró en la sala del 092 sobre las siete de la tarde del domingo como una discusión familiar. «De camino al domicilio ya nos avisaron de que un joven había intentado suicidarse tirándose desde un cuarto piso y entre sus familiares y unos vecinos lo habían evitado».

Cuando la dotación de los UII llegó al lugar, parecía que lo peor ya había pasado. Había una multitud en la calle, que habían presenciado el intento del joven de arrojarse por la ventana, pero entre varios testigos lo habían sujetado. «Subimos al domicilio y nos encontramos a la madre, llorando muy nerviosa. El chico, de 19 años, estaba en su cuarto, aparentemente tranquilo», relata el oficial Navarro.

Los policías se entrevistaron con los familiares y testigos para averiguar qué había pasado. «El chico no llevaba puesta la mascarilla, que estaba sobre una cómoda, y le pedí que se la pusiera. Él me pidió permiso para beber un poco de agua, y se dirigió hacia un vaso que había al lado».

En ese momento la situación se precipitó. El chico, que se había levantado aparentemente con la intención de beber, abrió la ventana y se arrojó al vacío delante del oficial, que tuvo el tiempo justo para cogerle del pantalón, en un desesperado intento por evitar que cayera. «Empecé a gritar pidiendo ayuda, porque el chico tenía más de la mitad del cuerpo fuera. Uno de mis compañeros vino enseguida y le cogió de las piernas, pero el chico hacía fuerza hacia fuera con las manos en la barandilla y no podíamos meterle dentro».

Este equilibrio inestable se mantuvo hasta que llegó corriendo el tercer miembro del equipo, que estaba en otra habitación con la madre, y que actuó de una forma expeditiva. Le metió los dedos en la nariz y tiró de él, obligando al chico a cesar en su esfuerzo por caer. «Menos mal que somos tres en los equipos de los UII, porque dos solos no podíamos meterle», prosigue el oficial Navarro.

Una vez con el joven a salvo, solicitaron la presencia de una ambulancia del 061, que le tranquilizó y le trasladó al Área de Psiquiatría de Son Espases, donde quedó en observación. Ayer, un día después del incidente, comentaba que apenas había durado unos veinte segundos, «pero se hicieron muy largos».

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