La Policía ha desarticulado en Palma una banda que robaba cajas fuertes en viviendas de lujo de Mallorca. Los ladrones llevaban más de un año actuando y el botín obtenido es de cientos de miles de euros que enviaron a Colombia, su país natal. Los delincuentes tenían una empresa de reformas, aprovechada para obtener información clave y escoger sus objetivos. En una ocasión, agredieron a una empleada doméstica e intentaron amordazarla. Los investigadores dan por probada su implicación en cinco robos en Palma y tienen indicios sobre una docena más. Sospechan, sin embargo, que habrían actuado también en la Part Forana y están a la espera de analizar las denuncias por hechos similares presentadas ante la Guardia Civil. La operación sigue abierta.

Fuentes policiales explicaron ayer que el cabecilla de la banda es socio de una empresa dedicada a la reforma de viviendas de alto nivel. La organización aprovechaba esta circunstancia para recopilar información sobre la ubicación de la caja fuerte, los horarios de sus moradores y las medidas de seguridad. Además, intentaban hacerse con una copia de las llaves que las víctimas les habían entregado para llevar a cabo el trabajo.

Cinco de los acusados eran, según las pesquisas, los encargados de cometer los robos. En caso de no tener la llave, forzaban algún acceso con una palanca. Entraban cuando los dueños no estaban, lo que les permitía actuar con calma durante horas. Su objetivo principal eran las cajas fuertes, que se llevaban arrastrándolas o con una carretilla, escondidas en cajas de cartón para no levantar sospechas. El botín era siempre cuantioso: muchos dinero, joyas y relojes de alta gama. Una vez repartido, solían enviarlo a Colombia

En uno de los robos utilizaron un modus operandi violento. En la vivienda estaba una empleada doméstica y simularon ser repartidores que iban a entregar un paquete. Cuando la mujer abrió la puerta, la empujaron y la golpearon. Intentaron amordazarla, pero su resistencia y sus gritos alertaron a los vecinos. Tuvieron que huir con las manos vacías.

Durante la investigación, llevada a cabo por el grupo de Atracos, los agentes han recabado pruebas claras de que la banda está detrás de cinco robos en Palma, tres en chalés y dos en pisos del centro. Los agentes creen que cometieron otra media docena de golpes similares en la ciudad. Además, han averiguado que algunos de los sospechosos concertaban matrimonios de conveniencia, para lo que falseaban documentos.

Tras meses de investigación, bautizada como ‘Operación Chambón’, los policías detuvieron el pasado jueves a siete presuntos miembros de la banda. En sus domicilios encontraron dinero, joyas, relojes y documentación. Todos fueron puestos ayer a disposición judicial, acusados de delitos de integración en grupo criminal, robos con fuerza y con violencia, favorecimiento de la inmigración ilegal y falsedad documental. Cinco ingresaron en prisión.

La operación sigue abierta. La Policía Nacional trabaja ahora para analizar las pruebas recabadas en los registros y analizar las denuncias por robos similares presentadas en los últimos meses ante la Guardia Civil, ya que sospecha que la banda habría actuada también en varios pueblos de Mallorca.