Un joven ourensano de 28 años aprovechó el déficit de sanitarios en estos tiempos de la pandemia del covid para hacerse pasar por uno de ellos y así robar en los hospitales en los que había sido contratado. Acaba de ser detenido en Zaragoza, donde actualmente ejercía de enfermero en la clínica Montpellier, pero anteriormente se coló en el hospital Clínico universitario Lozano Blesa y en la UTE del transporte sanitario de la comunidad. Consiguió el puesto de trabajo tras falsificar el título de enfermería de la Universidad de La Coruña y la colegiación en el Colegio de Enfermeros de Barcelona. Su verdadera titulación es sociosanitaria. Su actividad delincuencial, aunque no en el sector sanitario, también se extendió a Palma e Ibiza.

El sospechoso, R. I. V., recaló en la capital aragonesa en octubre del año pasado procedente del hospital Begoña de Gijón. Antes estuvo en un centro hospitalario de Igualada (Barcelona). Señalan desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón que «aportaba como documentos acreditativos fotocopias de los títulos falsificados» y con ello «engañaba al servicio de personal del hospital con el peligro que conlleva para la salud pública el desempeño de la práctica laboral relacionada con el ámbito sanitario sin la cualificación necesaria». Una vez que accedía a la plantilla sanitaria, este joven aprovechaba su actividad laboral para sustraer efectos a los pacientes, así como a los propios compañeros del centro hospitalario e incluso material informático propiedad del propio hospital.

La voz de alarma la dieron los sanitarios del hospital público Lozano Blesa de Zaragoza cuando comenzaron a sufrir sustracciones de carteras, móviles y demás objetos de valor que guardaban en las taquillas de los vestuarios y que, R. I. V., supuestamente rompía para poder acceder a su contenido. Con las tarjetas bancarias hacía compras online y en supermercados con compras inferiores a 20 euros, así como en taxis.

Asimismo, se apoderó de una tarjeta de identificación de uno de los miembros del personal para tener libre acceso a determinadas dependencias del centro hospitalario.

Tras analizar las cámaras de seguridad, la Policía Nacional sospechó que el ladrón tenía que ser parte del personal del hospital y analizaron los contratos de todos ellos, observando que todo había comenzado tras la entrada de R. I. V. La sorpresa se la llevaron los investigadores cuando descubrieron que la Policía Nacional en Asturias también le estaba buscando por hechos similares. Allí la dirección del hospital Begoña hizo una comprobación y observó que todo era falso, poniéndolo todo en manos de la Justicia.

Cuando fueron a detenerle, los agentes observaron que se le había extinguido el contrato, pero que se encontraba en una clínica privada a la que fueron y que, casualmente, se habían producido hurtos a algún paciente. A las 07.15 horas miembros del Grupo de Policía Judicial de la comisaría Delicias se trasladaron a la clínica Montpellier, donde le detuvieron como supuesto autor un delito de intrusismo laboral y otro de falsedad documental, así como varios delitos de robos con fuerza, hurtos y estafas.

El pasado jueves por la tarde pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, cuya magistrada acordó la libertad provisional, tras ser asistido por el abogado Sergio Gasca. Tiene antecedentes policiales por delitos similares, también de estafa y hasta de violencia de género.