Mallorca se despertó ayer con una fuerte resaca. La que dejó la borrasca ‘Hortense’ tras su destructivo paso por la isla el viernes. Los servicios de emergencias continuaron trabajando durante todo el día para acabar de solventar los casi 400 incidentes que el vendaval dejó como recuerdo, la mayoría para despejar calles y carreteras de los enormes árboles derribados por el vendaval. No hay tiempo para recuperarse: ‘Ignacio’, una nueva borrasca con fuertes vientos, se acerca al archipiélago y toda Balears se mantiene en alerta.

La actividad de bomberos, policías, guardias civiles y voluntarios de Protección Civil se centró en Palma y Llucmajor, las zonas donde se cebó ‘Hortense’. En la capital, donde se contaron 137 incidencias, los bomberos sanearon varios pinos en Can Pastilla, actuaron por la caída de un balcón en el Molinar y retiraron unas láminas que amenazaban con caer en la calle Valparaíso, entre muchos otros servicios. Mientras tanto, en Llucmajor los voluntarios de Protección Civil trocearon los grandes pinos derribados en la plaza Rufino Carpena. Al mismo tiempo, los Bombers de Mallorca acudieron a lugares como Badia Blava, Badia Gran y s’Estanyol para continuar despejando calles.

En las carreteras la situación quedó completamente normalizada, después de que el viernes hasta 38 tramos quedaran cortados. La única carretera que seguía bloqueada, la MA-1016 entre Calvià y Establiments, quedó despejada tras retirar pinos y piedras.

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Los estragos de 'Hortense' en Mallorca

También los operarios de Endesa siguieron trabajando ayer para solventar las averías pendientes, que el viernes dejaron sin suministro a 30.000 abonados.

La calma no llega todavía. A partir de la pasada medianoche se esperaba que el viento volviera a intensificarse y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantenía para el domingo la alerta naranja en el litoral y amarilla en el interior de todas las islas ante la previsión de intensas rachas.