Varias tormentas se juntaron ayer por la mañana al llegar a Mallorca con un efecto multiplicador. El temporal se retroalimentó y derivó en vientos huracanados similares a un ‘cap de fibló’, pero mucho más extenso, según la valoración de los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología en Balears.

Los vientos huracanados atravesaron Mallorca de parte a parte. No obstante, el vendaval afectó con mayor fuerza a la Bahía de Palma, con rachas de 130 kilómetros por hora, y 111 en el Dique del Oeste. El aeropuerto de Palma registró un récord de fuerza del viento con estos 130 kilómetros por hora. La anterior cota máxima databa del año 1996 con 118 kilómetros por hora.

También se detectaron vientos de 91 y 92 kilómetros por hora en Santanyí y en Santa Maria. El récord de la jornada se alcanzó en la Serra de Alfàbia con rachas de 144 kilómetros por hora.

La previsión apuntaba a la llegada de un frente frío con vientos de 70 kilómetros por hora, pero fue desbordada

El fenómeno atmosférico que azotó la isla se conoce técnicamente como una línea de turbonada. Se trata de varias tormentas que se juntan, se organizan y se retroalimentan. Según señalaron los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología, «no se descarta» que hubiera un ‘cap de fibló’ en esta llegada de vientos huracanados a la isla. Pese a la gran similitud, la principal diferencia entre el primero y el vendaval que afectó a la isla es la gran extensión que abarca este último.

La previsión meteorológica alertaba de la llegada de un frente frío a Balears con rachas de viento entre 70 y 80 kilómetros por hora. Al juntarse varias tormentas nada más alcanzar la cota mallorquina, la fuerza del vendaval se disparó exponencialmente hasta alcanzar rachas de 144 kilómetros por hora en la Serra y de 130 en Palma.