Varias tormentas se han juntado esta mañana al llegar a Mallorca con un efecto multiplicador. El temporal se ha retroalimentado y ha derivado en vientos huracanados similares a un 'cap de fibló', pero mucho más extenso, según la valoración de los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología en Balears.

Los vientos huracanados han atravesado Mallorca de parte a parte. No obstante, el vendaval ha afectado con mayor fuerza a la Bahía de Palma, con rachas de 130 kilómetros por hora, y 111 en el Dique del Oeste. También se han detectado vientos de 91 y 92 kilómetros por hora en Santanyí y en Santa Maria. El récord se ha alcanzado en la Serra de Alfàbia con rachas de 144 kilómetros por hora.

El fenómeno atmosférico que azota la isla se conoce técnicamente como una línea de turbonada. Se trata de varias tormentas que se juntan, se organizan y se retroalimentan. Según los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología, "no se descarta" que hubiera un 'cap de fibló' en esta llegada de vientos huracanados a la isla. Pese a la gran similitud, la principal diferencia entre este y el actual vendaval es la gran extensión que abarca este último.

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Los estragos de 'Hortense' en Mallorca

La previsión meteorológica alertaba de la llegada de un frente frío a Balears con rachas de viento entre 70 y 80 kilómetros por hora. Al juntarse varias tormentas nada más alcanzar la cota mallorquina, la fuerza del vendaval se ha disparado exponencialmente hasta alcanzar rachas de hasta 144 kilómetros por hora en la Serra y de 130 kilómetros por hora en la Bahía de Palma. Esta unión de tormentas muy organizada ha dado como resultado un viento medio en la isla de unos 90 kilómetros por hora.

Los efectos devastadores provocados por esta unión de tormentas no se han hecho esperar. Hasta 26 carreteras han tenido que ser cortadas en Mallorca por la caída de árboles y ramas en la calzada. Numerosas cornisas se han desprendido por el vendaval y un pináculo de la iglesia de Santa Eulària se ha desplomado. Gran cantidad de pinos, palmeras y cipreses han sido derribados por el fuerte viento, que ha afectado con especial intensidad a Palma. Son Servera, en la Part Forana, también ha registrado estragos similares.