Un hombre ha sido condenado hoy a dos años de prisión por tener un laboratorio de drogas en Palma. La Policía encontró más de un kilo de una potente sustancia alucinógena en el local del acusado tras declararse un pequeño incendio. El sospechoso ha reconocido los hechos durante el juicio celebrado en la Audiencia y ha aceptado además pagar una multa de 52.000 euros tras el acuerdo alcanzado entre su abogado y la fiscal.

El procesado, de 41 años, había montado el laboratorio en los bajos de un edificio en la barriada del Rafal Vell. En octubre de 2018, mientras manipulaba las sustancias, se produjo un incendio. Los vecinos alertaron a los servicios de emergencias, lo que permitió descubrir la fábrica clandestina de drogas.

La Policía encontró allí 1.093 gramos de DMT, un compuesto químico con poderosos efectos alucinógenos y una cantidad pequeña de anfetamina. Los investigadores identificaron al hombre que tenía alquilado el local y llevaron a cabo después un registro en su domicilio, donde hallaron diversos útiles, como botes de acetona, mascarillas con filtros para vapores y 49 cápsulas vacías.

Material incautado por la Policía al ahora condenado.

La fiscalía reclamó inicialmente para el acusado una pena de dos años y nueve meses de cárcel y 103.490 euros de multa. El hombre ha comparecido hoy ante la sección segunda de la Audiencia Provincial, donde ha reconocido los hechos tras llegar a un pacto con la acusación. Finalmente, ha aceptado una condena de dos años de cárcel y una sanción de 52.000 euros por un delito contra la salud pública.