La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a 24 años de prisión a un hombre por abusar sexualmente de sus dos hijas durante una década. El acusado forzó a las menores a mantener relaciones sexuales completas, incluso entre ellas, desde que tenían ocho años. Los hechos ocurrieron en diversos pueblos de Mallorca donde residió el padre. El caso salió a la luz cuando una de las víctimas reveló su calvario y el de su hermana a su tutor en el instituto, que las acompañó a presentar una denuncia ante la Guardia Civil. Ambas sufren secuelas psicológicas y el hombre deberá indemnizar con 12.000 euros a cada una y no podrá acercarse a ellas durante 15 años.

La sentencia declara probado que los abusos sexuales se sucedieron en numerosas ocasiones entre los años 2008 y 2017. Comenzaron cuando el hombre convivía con su mujer y los tres hijos que tienen en común en la zona del Raiguer. En esa época, llevó varias veces al dormitorio a una de las niñas, que tenía ocho años. La sometía a tocamientos y la obligaba a practicar sexo oral.

Los abusos a esta víctima continuaron cuando el hombre se separó de su pareja en 2009. Durante los años siguientes, las menores acudían a su casa los fines de semana y durante las vacaciones escolares en las diferentes localidades de la isla donde residió el procesado. Llegó a mantener relaciones sexuales completas con su hija mayor varias veces. En 2010 comenzó a abusar de su otra hija, que había cumplido diez años, forzándola a realizar varias prácticas sexuales, incluso con juguetes eróticos.

El fallo judicial considera probado también que el hombre chantajeó y engañó a sus dos hijas. Según la sentencia, hacia el año 2014 propuso a las dos menores hacer un trío y les prometió que si accedían dejaría de abusar de ellas. Las dos niñas accedieron.

Sin embargo, el acusado incumplió pronto su promesa. En 2015, las dos víctimas se instalaron en su casa porque tenían mala relación con su madre. Y volvieron los abusos. En una ocasión, el hombre castigó a su hija pequeña sin salir de casa durante el fin de semana porque se enteró de que le gustaba una chica. Para levantarle el castigo, la forzó a mantener relaciones sexuales con él.

Tras diez años sufriendo en silencio los abusos, las menores decidieron hablar. En mayo de 2017 una de ellas explicó lo ocurrido a su tutor del instituto. El profesor acompañó enseguida a las dos chicas al cuartel de la Guardia Civil, donde presentaron una denuncia.

Las dos menores fueron declaradas entonces en situación de desamparo y quedaron bajo la tutela del Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS).

Relato creíble

El hombre negó tajantemente durante el juicio todas las acusaciones, pero el tribunal de la sección primera considera probados los abusos sexuales a sus dos hijas. La sentencia destaca que el relato ofrecido por las dos víctimas es creíble y está reforzado por las declaraciones de otros testigos y los técnicos que las han atendido.

Los magistrados consideran al hombre autor de dos delitos continuados de abuso sexual a menores y le imponen 24 años de prisión. Además, la sentencia le prohíbe acercarse a menos de 500 metros y comunicarse con sus hijas durante 15 años y le obliga a indemnizar con 12.000 euros a cada una por los daños morales. Una de las víctimas relató durante el juicio que había intentado suicidarse varias veces.

El fallo no es firme y puede ser recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears.