Un joven ha sido condenado a tres años de prisión por apuñalar en la espalda a un empleado de la gasolinera de Son Caliu, en Calvià, durante un atraco cometido en octubre pasado. El delincuente, de 18 años, asestó un navajazo a la víctima cuando esta se negó a darle el dinero de la caja y se fue con las manos vacías. El acusado admitió los hechos durante el juicio y se conformó con la pena solicitada por la fiscalía. Antes de la vista había consignado ya 5.000 euros para indemnizar al perjudicado. El ministerio público y el abogado defensor, José Ignacio Herrero, acordaron que la pena de cárcel quede suspendida a condición de que no cometa nuevos delitos en los próximos cuatro años y cumpla la orden de alejamiento de la estación de servicio y de la víctima.

Los hechos ocurrieron el pasado 21 de octubre. Eran las diez de la noche y la gasolinera Cepsa de Son Caliu estaba a punto de echar el cierre. El acusado, que acababa de alcanzar la mayoría de edad, entró en la tienda y se dirigió hacia el mostrador.

Esgrimía una navaja de unos 15 centímetros y se acercó al único trabajador que había. Lo amenazó con el arma y le ordenó que le diera todo el dinero que hubiera en la caja. El empleado no se amilanó y, con cierto desdén, le dijo que se fuera de allí.

El atracador se abalanzó entonces sobre él y le clavó el puñal en la parte baja de la espalda. Tras la agresión, se marchó a toda prisa. El trabajador, de 48 años, sufrió una profunda herida y fue trasladado a Son Espases, donde le aplicaron varios puntos de sutura.

El joven se deshizo de la navaja y esa misma noche se entregó en el cuartel de la Policía Local de Calvià. Fue detenido y el juez de guardia acordó su ingreso en prisión provisional, donde ha permanecido desde entonces. Durante la instrucción del caso, depositó 5.000 euros en el juzgado para compensar a la víctima por las lesiones que le causó.

El acusado compareció en un juzgado de lo penal de Palma, donde admitió los hechos durante el juicio. La fiscalía y la defensa pactaron una condena de tres años de prisión por delitos de robo con violencia e intimidación con instrumento peligroso en establecimiento abierto al público en grado de tentativa y lesiones. En este último se apreció la atenuante de reparación del daño. Ya que las partes acordaron la suspensión de la pena de cárcel, la magistrada ordenó su libertad.