Después de cinco días de tensión entre los residentes en el poblado de Son Banya y la Policía Nacional, la detención de José F.T. 'El Nano', nieto de La Paca,, acabó con esta escalada iniciada la tarde del domingo con la agresión multitudinaria a dos agentes en la explanada del asentamiento cuando iban a arrestarle. Desde entonces, un férreo dispositivo policial se encontraba apostado en los accesos de este núcleo chabolista y controlaba todas las entradas y salidas.

El Nano tenía tres órdenes judiciales de ingreso en prisión por conducir repetidamente el coche sin carné. Asimismo, el Juzgado de lo Penal número 8 había reclamado su personación. Cuando una patrulla policial le reconoció en las afueras del poblado. Fueron a detenerle. «¡Que me pegan!», clamó. Una turbamulta de unas 70 personas salió de Son Banya en su auxilio. Algunos de ellos golpearon a los agentes y uno de ellos recibió un mordisco en un brazo. También impidieron el arresto.

Desde el lunes, efectivos de Seguridad Ciudadana han revisado estos días exhaustivamente a todos los vehículos y personas que entraban o salían del asentamiento. Este estrangulamiento estaba llevando a los residentes en estas infraviviendas a una situación límite. La investigación la capitalizó el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. El mensaje que se transmitió a los representantes del poblado fue muy claro: si ellos no entregaban a l Nano, entrarían a por él.

Antonio Amaya, ‘alcalde’ del poblado, ya anunció, en declaraciones a Diario de Mallorca, cuál sería la postura oficial en el conflicto junto al particular sanedrín de Son Banya. «No entregaremos a nadie», sentenció, al tiempo que instaba a la Policía a «hacer su trabajo». En este sentido, se comprometían a no poner impedimento alguno a los policías que tuvieran que adentrarse en el asentamiento.

Mientras tanto, el dispositivo conjunto de Policía Nacional y de Policía Local en los accesos al poblado iba minando la resistencia de los residentes.

La premisa policial era no dilatar en exceso en el tiempo la detención del Nano. Los responsables de la agresión a los policías ya habían dejado meridianamente claro que solo había dos opciones. O bien el nieto de La Paca se entregaba o bien entrarían en el poblado a por él.

Encrucijada en el poblado

Esta encrucijada ponía en el disparadero una premisa básica de las leyes gitanas: no entregar nunca a uno de los suyos. No obstante los responsables del poblado sabían perfectamente que si la decisión partía del afectado era la solución menos lesiva.

La ‘fumata blanca’ se dio el jueves. «El Nano se quiere entregar» comunicaron a los Policías. «Tiene miedo y no tiene abogado», resaltaron a los Policías.

Finalmente, sobre las seis y media del jueves, el jefe del Grupo de Homicidios detuvo al Nano en una casa de Son Banya cerca de su explanada por los delitos de atentado y contra la seguridad en el tráfico. Previamente le dejaron despedirse de su familia. A continuación, un coche camuflado lo sacó del poblado y lo trasladó a los calabozos de la Jefatura Superior. Ayer el juez ordenó su ingreso en prisión.el arrestado en dirección a los calabozos de la Jefatura de Policía, en la calle Simó Ballester.