Una mujer reconoció ayer en el juicio que robó varias joyas de un domicilio de Son Servera en el que trabajaba como limpiadora porque necesitaba «dinero para comer». La acusada admitió haber sustraído alhajas en dos ocasiones, pero rechazó haberse llevado todas las piezas que las víctimas denunciaron, valoradas en más de 8.000 euros. La fiscalía reclamó para ella una condena de un año y tres meses de prisión por un delito de hurto continuado con la agravante de abuso de confianza. Su abogado reclamó una pena de once meses de cárcel.

Los hechos, como admitió la procesada, ocurrieron entre agosto de 2015 y abril de 2016, cuando trabajó como empleada del hogar en casa de unos vecinos suyos. Según confesó, en dos ocasiones sustrajo joyas de la vivienda y las empeñó. «Quería dinero para comer. Soy madre y viuda y estaba en una situación muy mala», alegó. La procesada, sin embargo, rechazó haber cogido todas las alhajas de la casa, como sostienen los perjudicados.

Las víctimas contradijeron a la acusada al explicar que ella se quedaba sola limpiando la vivienda y afirmaron que descubrieron el robo en abril de 2016. Según dijeron, la Guardia Civil logró recuperar tres de las piezas sustraídas.

La fiscalía reclamó al concluir la vista una condena de 15 meses de prisión para la procesada y 4.160 euros de indemnización.