La Policía Nacional arrestó el miércoles en Palma a tres jóvenes, presuntos miembros de una organización que se dedica a la compra masiva de artículos con datos sustraídos de tarjetas de crédito. La célula recorría España alojándose en hoteles de lujo, alquilando coches y viviendo a todo trapo, y pagando siempre a cuenta de otros. En el momento de su arresto, en un hotel de cuatro estrellas de Son Armadams, tenían una docena de paquetes con artículos electrónicos y prendas de ropa que habían comprado por internet. Antes habían pasado una semana en Eivissa dedicados a la misma actividad, y previamente habían recorrido diversas ciudades del sur de España.

Los tres detenidos son veinteañeros: un marroquí y una pareja de españoles. Se trata del último escalafón de una gran organización dedicada a la modalidad delictiva conocida como «carding». Compran a «hackers» listados con numeraciones y claves secretas de tarjetas de crédito, y con estos datos realizan compras masivas a través de internet.

Precisamente para evitar ser localizados llevan una vida itinerante y evitan pasar más de una semana en cada ciudad.

La célula ha sido detenida por agentes del Grupo II de Estupefacientes de la Policía Nacional, ya que cuando iniciaron las investigaciones se sospechaba que la gran cantidad de paquetes que recibían mediante empresas de mensajería podrían contener algún tipo de droga. Los agentes comprobaron posteriormente que la actividad delictiva a la que se dedicaban era otra.

Los detenidos en Palma son parte de una vasta organización integrada por numerosos grupúsculos. Compran a piratas informáticos de todo el mundo listas de tarjetas de crédito con su correspondiente número secreto. Con estos datos se dedican a realizar compras masivas a través de internet de artículos de lujo, preferentemente de pequeño tamaño: teléfonos móviles de alta gama, aparatos electrónicos, prendas de ropa de marca o perfumes. Estas células recorren toda España y permanecen apenas una semana en cada ciudad. Se alojan en hoteles y dan esa dirección para recibir los artículos que compran a través de internet con los datos sustraídos. Cogen el material y cambian de ciudad, en un intento de dificultar su localización por la Policía.

En el momento en el que fueron detenidos, en un hotel de Son Armadams, tenían una docena de paquetes con diferentes artículos que habían comprado de forma fraudulenta. Recibían estos envíos a diario.

La Policía ha averiguado que previamente los jóvenes habían pasado una semana en Eivissa dedicados a la misma actividad, y antes habían estado en diversas ciudades del sur de España.

Los tres jóvenes quedaron detenidos como presuntos autores de una estafa masiva.