La situación de especial vulnerabilidad económica de una persona era aprovechada por una organización de narcotraficantes para instalarle una plantación de marihuana en su domicilio del barrio palmesano de El Vivero. A cambio de una compensación económica, el residente cedía una habitación a la banda y estos le amenazaban con denunciarle si decidía desistir en algún momento de acceder a sus pretensiones. La Policía Nacional, en colaboración con la Policía Local, ha desmantelado este sofisticado cultivo y ha intervenido 300 plantas de cannabis sativa.

La investigación de los efectivos del Grupo II de Estupefacientes de la Policía Nacional culminó la tarde del martes, después de varias jornadas de vigilancia. Finalmente, los agentes encargados del caso dieron con el domicilio de El Vivero cuyas dependencias se habían habilitado para acoger un cultivo intensivo de marihuana. La persona que habitaba la vivienda convivía con una infraestructura de última generación para facilitar el crecimiento de las plantas. La plantación albergaba 300 ejemplares de cannabis sativa con un peso de veinte kilos.

En dicha instalación se podía producir de forma cíclica de gran cantidades de droga. Todas las plantas detectadas fueron intervenidas para su posterior destrucción.

A raíz de este caso, los investigadores detectaron la existencia de una nueva forma de negocio de las organizaciones de narcotraficantes. Con este procedimiento seguían obteniendo beneficios al tiempo que minimizaban los riesgos. Consiste en pagar un dinero a una persona en situación de clara vulnerabilidad económica para que acoja en su domicilio la sofisticada infraestructura de una plantación de marihuana.

Así, diversos miembros de estas bandas se encargaban de localizar a estas personas vulnerables para fijar allí sus instalaciones donde cultivar la marihuana de forma intensiva. Tras establecer contacto con el morador, le prometían sumas de dinero a cambio de que cediera sus habitaciones para ubicar allí la droga. Una vez aposentados allí, la organización sometían al residente a una continua actividad ilícita, bajo permanentes amenazas de avisar a la Policía si se oponía a continuar. Este círculo vicioso podría prolongarse en el tiempo de manera indefinida y proporcionaba a los narcos importantes beneficios sin asumir coste penal alguno. La investigación continúa abierta, a la espera de detenciones.