La Audiencia Provincial condenó ayer a diez años de prisión y a veinte de alejamiento a un hombre por abusar sexualmente de su sobrina cuando esta contaba con 11 años de edad. También tendrá prohibido acercarse a la víctima o comunicarse con ella por cualquier medio, telefónico o informático, durante dos décadas.

Los abusos se iniciaron en el año 2017 cuando la víctima tenía entonces 11 años. El pedófilo, que vivía en casa de su hermana, aprovechaba los momentos en los que se quedaba solo con la menor para abusar de ella. En principio, estos abusos consistían en tocamientos de los pechos y los genitales de la niña. Luego se transformaron en relaciones sexuales completas con penetración.

Después de estos abusos, el pederasta obligó a la menor a que se realizara un test de embarazo. De acuerdo con el escrito de acusación del fiscal, estas relaciones sexuales con su sobrina las mantuvieron al menos en diez ocasiones.

Durante el juicio celebrado ayer en Palma, el acusado reconoció su participación en los hechos. Por ello, el fiscal rebajó su petición de condena de treinta a diez años. «Pido perdón por todo y lo siento», declaró en el turno a la última palabra.