La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a 16 años de cárcel a un anciano de Castellón, de 84, por asesinar a su mujer, con quien llevaba casado más de medio siglo. El crimen de género tuvo lugar en agosto del año 2018 en la ciudad condal, donde el hombre apuñaló reiteradamente en el cuello y con un cuchillo de cocina a su esposa, que se encontraba enferma por haber sufrido un ictus. Desde entonces, el varón había permanecido en prisión provisional por estos hechos.

Según declara probado la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, el condenado, sirviéndose de un arma blanca con hoja de unos doce centímetros de longitud, atacó reiteradamente, asestándole una docena de puñaladas.

Todas estas lesiones, con laceración de ambas arterias carótidas, produjeron en la víctima shock hipovolémico que le condujo irremediablemente a la muerte. Su marido, según determina la Justicia, "actuó con la intención de quitar la vida a su mujer o, al menos, siendo consciente del grave riesgo que su acción comportaba para la vida de ésta y sabiendo las altas posibilidades de causar su muerte". El varón atacó a a la víctima de forma súbita e inesperada, cuando ella se encontraba sentada en la sala de estar de la vivienda. "Por la afectación neuronal producida por el ictus no pudo oponer defensa eficaz ante el ataque del acusado, el cual aprovechando tal circunstancia, pudo darle muerte", concluye la Audiencia Provincial.

Inmediatamente después de los hechos, el agresor escribió unas notas dirigidas a sus hijos en las que pedía perdón por lo ocurrido y anunciaba su suicidio, quedándose en la casa a la que sabía llegaría su hijo.

El asesino reconoció durante el juicio celebrado recientemente su autoría y confesó el crimen, por lo que la justicia lo condena por el delito de asesinato con alevosía y agravante de parentesco y atenuante por analogía de confesión.

Se impone, además, la medida de libertad vigilada por tiempo de diez años adicionales en la forma que se determine en ejecución de sentencia en función de la peligrosidad del condenado. Por lo que respecta a la responsabilidad civil, los hijos de la víctima y del acusado han renunciado a la indemnización que pudiera corresponderles por el crimen.