El anciano que mató a tiros a un joven durante un atraco en su casa en Porreres reclama 30 años de cárcel para los otros tres implicados en el asalto por un robo cometido en la misma vivienda unas semanas antes. En su escrito de acusación, el hombre sostiene que les sustrajeron 30.000 euros tras amenazarle con una pistola y un cuchillo y lo dejaron encerrado y atado a una butaca en su despacho. Tardó tres horas en ser liberado. La víctima, de 78 años y que ejerce la acusación particular a través del abogado Fernando Mateas, imputa a los tres procesados -uno de ellos hermano del joven fallecido en el segundo atraco- delitos de robo en casa habitada y detención ilegal. El caso será juzgado por la Audiencia Provincial en los próximos meses. De forma paralela, se investiga en otra pieza judicial al anciano por la muerte del atracador, acusado de un delito de homicidio en el que él alega que actuó en legítima defensa.

El hombre relata que el 6 de diciembre de 2017, cuatro personas se presentaron en su domicilio, un chalé situado en un bosque a las afueras de Porreres. Uno de ellos conocía al anciano y tenía información sobre el dinero que tenía la víctima, las características de la casa y la ubicación de la caja fuerte. Uno de los acusados y el cuarto intruso que no ha sido identificado, irrumpieron en la vivienda. Llevaban pasamontañas y guantes y esgrimían una pistola y un cuchillo. Sorprendieron al hombre en el jardín del chalé, lo amenazaron y lo llevaron por la fuerza hasta el despacho donde estaba la caja fuerte.

Los delincuentes lograron apoderarse de unos 30.000 euros. Le dijeron a la víctima que sabían que su hijo no estaba en Mallorca. “Somos la banda del diablo. La Policía no nos puede hacer nada. Si nos denuncias, volveremos y os mataremos”, le dijeron. Una situación que el hombre describe como “un clima de terror indescriptible”.

Los atracadores, para garantizarse la huida, ataron al anciano a una butaca con cinta americana y bridas. Cerraron la puerta del despacho por fuera y se llevaron la llave. La mujer del hombre, que estaba en la casa pero no se dio cuenta del atraco, empezó a buscarlo tres horas después. No pudo rescatarlo y tuvo que llamar a un cerrajero para liberarlo.

El abogado de la acusación particular sostiene que los tres procesados cometieron un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada y otro de detención ilegal con las agravantes de disfraz y aprovechamiento de las circunstancias. Por ellos reclama sendas penas de diez años de prisión, una orden de alejamiento durante el mismo tiempo y una indemnización de 50.000 euros.

Volvieron en febrero

Según la investigación de la Guardia Civil, los mismos atracadores regresaron a la casa semanas después. El 24 de febrero de 2018 por la mañana, los dos jóvenes, hermanos gemelos, irrumpieron otra vez en la casa. El anciano disparó con una escopeta a uno de ellos, Mauricio E.B., de 25 años y que murió horas más tarde en Son Espases por las graves lesiones sufridas.

El hombre, acusado de homicidio, sostiene que actuó en legítima defensa cuando el chico iba a golpearle con una pata de cabra y que tanto él como su mujer había sido agredidos por los delincuentes para que les diera el dinero. El hermano de la víctima afirma que el tiro fue a traición, cuando ambos estaban ya marchándose de la casa. Lo ocurrido en este segundo episodio se investiga en otra pieza judicial.