Un indigente alemán de 46 años, sospechoso de haber provocado tres incendios forestales en Esporles y de haber quemado dos coches de agentes de Medio Ambiente, ha sido objeto de uno de los mayores dispositivos de vigilancia llevados a cabo en Mallorca contra un delincuente común. El juzgado le prohibió entrar en diecinueve municipios de la Serra de Tramuntana, y la Guardia Civil le ha mantenido vigilado 24 horas al día durante más de un mes y medio, en un operativo en el que han participado decenas de agentes desplazados a Palma expresamente desde diversos puestos de la Part Forana, lo que ha provocado dificultades para asumir sus servicios. El dispositivo de vigilancia se ha cancelado recientemente sin resultados: el sospechoso no ha salido de Palma.

Marcel S.S., ciudadano alemán de 46 años, fue detenido el 28 de agosto de 2019 por la Policía Local de Esporles, como presunto autor de tres incendios forestales registrados la semana anterior en la zona. Estos fuegos arrasaron solo una hectárea de pinar y monte bajo gracias a la rápida intervención de los servicios de extinción, pero de haberse extendido podrían haber tenido resultados desastrosos. La investigación de la Guardia Civil apuntó a que el detenido sería también responsable de la quema de dos coches oficiales de los agentes de Medio Ambiente en Palma y en Esporles.

Decenas de agentes han seguido al sospechoso, que vive en la indigencia y no ha salido de Palma

Tras su detención, el presunto pirómano ingresó en prisión preventiva por orden del juez. El hombre tenía una condena pendiente, por lo que permaneció en la cárcel hasta el pasado día 8 de agosto. Cuando finalmente quedó en libertad, el juzgado le impuso una orden que le prohíbe entrar en los diecinueve municipios de la Serra de Tramuntana: Alaró, Andratx, Banyalbufar, Bunyola, Calvià, Campanet, Deià, Escorca, Esporles, Estellencs, Fornalutx, Lloseta, Mancor de la Vall, Pollença, Puigpunyent, Santa Maria, Selva, Sóller y Valldemossa.

Tras tener conocimiento de esta orden judicial, la Guardia Civil decidió poner en marcha un dispositivo sin precedentes: una vigilancia presencial permanente. Durante más de un mes y medio, una pareja de guardias civil mantuvo vigilado al sospechoso 24 horas al día, para comprobar que no entraba en ninguno de los municipios prohibidos.

Para llevar a cabo este dispositivo, que implicaba a seis agentes cada día (una pareja en tres turnos de ocho horas) fueron movilizados decenas de agentes de diferentes puestos de la Guardia Civl de toda Mallorca, que se desplazaban a Palma para seguir al sospechoso allá donde fuese.

El hombre vive en la indigencia y frecuenta la plaza de España y la Misericòrdia. A veces duerme en centros para personas sin casa y otras en pisos ocupados. Durante todo este tiempo no ha salido de Palma. El dispositivo de vigilancia se mantuvo hasta hace pocos días.

Se ha tratado de un operativo sin precedentes ante un caso de delincuencia común, y que ha provocado serias dificultades a los puestos de la Guardia Civil afectados, que en algunos no podían prestar un servicio adecuado frente a los delitos cometidos en su demarcación.