La operación Goleta-Gratil, desarrollada de forma conjunta por Vigilancia Aduanera y Policía Nacional, ha revelado el papel que jugaba Mallorca como base de una organización de tráfico de hachís a gran escala, pero también las nuevas rutas que los transportistas de la droga utilizan para llevar los cargamentos desde Marruecos a Europa. La intensa vigilancia que realizan los cuerpos de seguridad en el Mediterráneo occidental les ha empujado a intentar nuevas vías: cargar en la costa atlántica de Marruecos y emprender una travesía rumbo sur, hacia Canarias y la costa de Mauritania, para introducirla en el continente africano por países del Golfo de Guinea, atravesar el Sahel y Libia y llegar llegar desde allí a Europa.
Es la lectura que hacen algunos de los expertos en narcotráfico internacional que han participado en esta gran operación antidroga gestada en Mallorca. Los investigadores consideran que el papel de la isla es de una base privilegiada en la que esperar las condiciones adecuadas para emprender la travesía. En Mallorca y toda Balears se reúnen cada año miles de embarcaciones de recreo de todo tipo. El lugar ideal para que las embarcaciones utilizadas por los narcotraficantes, grandes veleros de lujo equipados para rutas transoceánicas, pasen desapercibidos.
Los transportistas de la droga, búlgaros y rusos, que según los investigadores trabajarían para la Camorra napolitana, trajeron varias de estas lujosas embarcaciones a Mallorca, e incluso compraron aquí una: el Eagle Ray, un modelo Swann 70 de veinte metros de eslora por la que habrían pagado 1.100.000 euros.
Los agentes de Vigilancia Aduanera y los Grupos de Estupefacientes de la Policía Nacional detectaron por primera vez una de estas embarcaciones sospechosas, el Amaalta, en octubre del año pasado, y fue sometida a seguimiento. Era el principio de la operación Goleta-Gratil. En los meses siguientes fueron apareciendo nuevas naves sospechosas, todos veleros de grandes prestaciones, capaces de soportar una travesía transoceánica: el Phase One, el Hanna, el Sweet Breeze, el Eagle Ray y el Carla.
El Phase One fue capturado por un patrullero de Vigilancia Aduanera el 26 de marzo a 80 millas al sur de Mallorca. Habían cargado más de cuatro toneladas de hachís en un punto de la costa mediterránea de Marruecos y trataban de llegar a Europa. Los narcos decidieron no cometer de nuevo el mismo error.
Tres de los lujosos veleros navegaban por aguas de Canarias y Mauritania rumbo sur, hacia el Gofo de Guinea
La presión policial en el Mediterráneo les llevó a intentar la ruta del Atlántico con una vasta operación de narcotráfico. El pasado mes de septiembre cuatro de los veleros salen de Mallorca y atraviesan de vacío el Estrecho, fuertemente vigilado. En total cargan treinta toneladas de hachís en la costa marroquí del Atlántico. Pero a partir de ahí sus rumbos difieren. El Eagle Ray, con 9.300 kilos de hachís a bordo, emprende un rumbo norte, directo hacia Europa. Fue capturado el 24 de septiembre por la patrullera Águila II en aguas atlánticas del Estrecho.
Pero los otros tres barcos inician una travesía hacia el sur por la costa africana, en lo que algunos investigadores denominan un monumental “juego de despiste”. Les sirvió de poco. Los tres veleros fueron capturados por distintas embarcaciones de Vigilancia Aduanera y la Armada española entre los días 24 y 28 de septiembre. Dos navegaban al sudeste de Fuerteventura y la tercera estaba ya frente a las costas de Mauritania.
Los expertos consultados se muestran convencidos de que el destino final de la droga es Europa, así que este “juego de despiste” implicaría un enorme rodeo, en un intento de evitar los sistemas de vigilancia en el Mediterráneo. Esta ruta llevaría a los veleros de la droga hacia algunos de los países de la costa occidental africana, e incluso hasta el Golfo de Guinea. Desde allí, con la connivencia de grupos criminales autóctonos y funcionarios corruptos, los cargamentos proseguirían un largo viaje por tierra a través del Sahel hasta Libia, para volver a cruzar el Mediterráneo hacia Europa del Este.
