La joven que mató a su novio en Eivissa en enero de 2019 ha sido condenada a doce años y medio de prisión. La sentencia, dictada después de que un jurado popular declarara a la acusada autora de un delito de homicidio con la agravante de parentesco, considera probado que la mujer asestó tres navajazos a la víctima en el pecho tras pincharle las ruedas del coche después de una discusión. La condenada deberá indemnizar con casi 80.000 euros a los padres y las dos hermanas del fallecido, a quienes no podrá acercarse en los próximos 20 años. El fallo no es firme y puede ser recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears.

La sentencia impone a la mujer la pena mínima por el delito al considerar relevante su adicción al cannabis. El tribunal popular consideró probado que la procesada consumía esta droga de forma crónica, agravando el trastorno de personalidad que padece. Sin embargo, no consta que tuviera sus facultades mermadas por ello cuando cometió el crimen. La jueza señala que aunque la defensa no planteó una atenuante de toxifrenia, debe tenerse en cuenta esta circunstancia para fijar la pena.

La sentencia, basada en el veredicto del jurado, relata que el 29 de enero de 2019 la acusada, Sandra S.F., de 18 años, discutió con su novio, José Eloy Vicent, de 32 años, en el domicilio donde convivían en es Codolar, en Sant Josep. La riña estuvo motivada por los celos que ella sentía. Durante la discusión, el hombre le dijo que se iba de la vivienda y ella trató de retenerle. Acto seguido, ella anunció que iba a pincharle las ruedas del coche y luego se suicidaría. Cogió una navaja de 22 centímetros y rajó tres neumáticos del coche de su novio. La víctima salió tras ella y le recriminó los daños causados a su vehículo.

Sandra S.F., sin mediar forcejeo alguno, asestó tres puñaladas con la navaja en el pecho a su pareja. Una de ellas le perforó el corazón y le causó la muerte. La joven se marchó tras la agresión hacia una zona boscosa, donde tiró el arma al suelo y permaneció allí hasta que fue localizada y detenida por la Guardia Civil. La condenada, en prisión desde entonces, afirmó en el juicio que no tenía intención de matar a su novio.

Adicción al cannabis

El fallo judicial señala que la pareja mantenía una relación desde hacía tres meses y que ella consumía cannabis desde los 12 años, lo que agravaba el trastorno de personalidad que padece. La sentencia impone a la joven doce años y medio de prisión como autora de un delito de homicidio con la agravante de parentesco, tal y como reclamó la fiscal tras hacerse público el veredicto del jurado popular.