Todos a la cárcel. La jueza de guardia de Inca ordenó ayer el ingreso en prisión del hombre acusado de matar a un joven que entró a robar marihuana en su finca y de los tres compinches de la víctima que habrían participado en el asalto. Sebastián M.G., de 49 años y acusado de homicidio, se desvinculó en su declaración de las seis cuchilladas recibidas por la víctima. Según dijo, sorprendió a uno de los ladrones y hubo un forcejeo en el que él fue agredido. Los acompañantes del fallecido, imputados por robo con violencia e intimidación en casa habitada, afirmaron que entraron en la casa cuando su amigo empezó a pedir ayuda y vieron cómo le asestaba las cuchilladas.

Los cuatro implicados fueron conducidos ayer por la mañana por la Guardia Civil a los juzgados de Inca. Los agentes habían arrestado el viernes al cuarto acusado, un joven que se había dado a la fuga tras la agresión mortal y se entregó al saberse buscado. El dueño de la finca donde ocurrieron los hechos y los tres presuntos ladrones ofrecieron versiones contradictorias.

Sebastián M.G., de profesión vigilante de seguridad, contó que el jueves hacia las ocho de la tarde sorprendió a un joven que estaba robando marihuana en su finca, en el Camí de Can Batle. Según su versión, al intentar inmovilizarlo se inició un forcejeo, durante el que varias personas le agredieron. El hombre dijo que cuando dejaron de pegarle y se marcharon fue tras ellos. Sufrió una caída, se golpeó la cabeza y al levantarse y ver que estaba ensangrentado, fue a ducharse y alertó a los servicios de emergencias. El acusado negó haber acuchillado a la víctima, Jaime Llabrés, de 33 años.

Los tres amigos de la víctima aseguraron que fue Llabrés quien los llevó hasta la finca sin decirles el motivo real. Una vez allí, les dijo que iban a robar marihuana y solo él entró en la finca, desarmado según contaron. Poco después, oyeron que el joven pedía ayuda, entraron para auxiliarle y vieron cómo Sebastián M.G. le asestaba varias cuchilladas mientras Llabrés se revolcaba en el suelo. Lograron sacar a la víctima de la finca, pero apenas pudo dar unos pasos antes de caer desplomada al suelo.

Tras escuchar sus versiones, la jueza de guardia de Inca decretó el ingreso en prisión incondicional de los cuatro implicados.