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Los ocho procesados por la muerte del legionario mantienen sus versiones

El sargento que presuntamente disparó a Alejandro Jiménez y otros siete implicados declararon en el Juzgado Militar

Alejandro Jiménez, el legionario mallorquín muerto en Alicante.

El sargento que presuntamente mató de un disparo al legionario mallorquín Alejandro Jiménez Cruz el 25 de marzo de 2019 en el campo de entrenamiento de Agost, en Alicante, y otros siete militares procesados por el caso acudieron la semana pasada a declarar de nuevo ante el Juzgado Togado Militar de Almería que instruye el caso. El suboficial negó ser el autor del disparo mortal y tanto él como el resto de implicados se mantuvieron en sus versiones inciales. El juez togado les informó de los cargos por los que les procesaba, que van desde un delito contra la eficacia del servicio con resultado de muerte para el sargento a los de encubrimiento, deslealtad, abuso de autoridad, desobediencia a agente de la autoridad o contra los deberes del mando, entre otros, para el resto.

El titular del Juzgado Togado Militar número 23 de Almería citó el pasado 7 de septiembre a los ocho procesados por la muerte de Alejandro Jiménez, el legionario mallorquín de 21 años que recibió un disparo en el pecho durante unos ejercicios con fuego real en la base de entrenamiento de Agost. Se trataba de comunicarles los cargos por los que van a ser procesados, en relación con todas las irregularidades que rodearon el fallecimiento del joven.

Pese a que la exhaustiva investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil ha determinado que el proyectil que causó la muerte de Alejandro partió del fusil del sargento de su propio pelotón, que estaba situado a unos doce metros detrás de él y en el momento en el que el legionario mallorquín estaba revisando su arma rodilla en tierra porque el ejercicio había terminado, el procesado siempre ha negado ser el autor del disparo. 

Durante los interrogatorios a los que fue sometido declaró que no sabía quién había disparado y puso en entredicho el informe de balistica de los técnicos de la Guardia Civil.

En esta última comparecencia, tanto el sargento como el resto de los procesados se mantuvieron en sus versiones iniciales. Ninguno de ellos aportó nuevas informaciones sobre las circunstancias en las que se desarrolló la práctica de tiro que aporten nueva luz al caso.

Delitos militares 

El juez togado militar informó a los ocho militares de los cargos que se les imputan, todos ellos delitos recogidos en el Código Penal Militar.

El sargento será procesado por un delito contra la eficacia del servicio, en su modalidad de causar la muerte de otro por imprudencia grave durante la ejecución de un acto de servicio de armas. También por un delito de abuso de autoridad, en su modalidad de injuriar a un subordinado; y un delito contra la administración de justicia, en su modalidad de intentar influir con intimidación y directamente sobre un testigo para que modifique su actuación procesal.

El capitán de la compañía será acusado de un delito de encubrimiento; un delito de deslealtad, en la modalidad de dar a sabiendas información falsa sobre asuntos del servicio; y de un delito de desobediencia a los agentes de la autoridad.

Un teniente será procesado por un delito contra la eficacia del servicio, en su modalidad de desobedecer una orden causando grave riesgo para el servicio; un delito contra los deberes del mando, en su modalidad de no proceder con la diligencia necesaria para impedir un delito militar; y los delitos de encubrimiento, deslealtad y desobediencia a los agentes de la autoridad. 

Otro teniente será juzgado por un delito contra la eficacia del servicio y deslealtad. 

Un cabo y otros tres legionarios serán procesados por encubrimiento, y uno de estos últimos se enfrenta también a un delito relativo al ejercicio de los derechos fundamenteales y libertades públicas de los militares, por injuriar gravemente a otro militar en lugares afectos a las Fuerzas Armadas.

CASO SIMILAR

El mismo juez que instruye la investigación por la muerte de Alejandro Jiménez ha reabierto de oficio otro incidente similar ocurrido en 2017 en la base de Chinchilla (Albacete). En aquel caso, un joven legionario de 26 años resultó gravemente herido al recibir un disparo en el abdomen, aunque logró sobrevivir y se ha recuperado. Tres años después, no se han depurado responsabilidades por este hecho, aunque el caso ha sido reabierto y la investigación podría cobrar un nuevo impulso. 

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