La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), mayoritaria en Instituciones Penitenciarias, ha solicitado nuevas medidas para tratar de atajar la expansión del coronavirus en los centros. Tras la detección de los ocho positivos en la prisión de Palma, una de sus peticiones ha sido la de realizar pruebas PCR a toda la plantilla, para "cortar la cadena de contagios cuanto antes".

Desde el sindicato recordaron que los centros penitenciarios, "dada su condición de institución cerrada, es especialmente vulnerable a una situación de estas características por la especial dificultad para cumplir el distanciamiento social en su interior".

Junto a ello, la central sindical propone toda una batería de medidas, como la suspensión inmediata de todos los permisos penitenciarios e imponer una cuarentena de catorce días para los nuevos ingresos. También pide que se anulen todos los traslados salvo por motivos sanitarios y judiciales urgentes.

Además se propone controlar la temperatura con un termómetro de pistola a todas las personas que accedan, así como proveer de medios de protección adecuados y en cantidad suficiente a la plantilla.

El sindicato solicita también la contratación urgente de médicos, enfermeros y auxiliares ante la situación de déficit de personal y para dar respuesta al posible incremento de contagios.

Entre las propuestas planteadas están también la eliminación de los controles de acceso mediante huellas dactilares, el uso de bolsas adecuadas para dejar la ropa en la lavandería y que se acondicionen los puestos de trabajo y se adopten las medidas necesarias en los distintos departamentos para que los trabajadores puedan mantener una distancia social de dos metros, así como restringir los contactos de los trabajadores penitenciarios con los internos a lo estrictamente necesario.