La banda de carteristas detenida anteayer en Palma funcionaba a todo tren. La Policía Nacional cifra en 12,5 millones de euros el botín obtenido por la organización desde su desembarco en Mallorca hace una década. Los investigadores, que detuvieron a 34 personas en la operación, han descubierto ingresos y envíos de 1,6 millones en efectivo y estiman en unos 4.000 euros mensuales por cabeza los beneficios obtenidos por los sospechosos. La investigación, declarada secreta, sigue abierta para desmantelar el complejo entramado internacional de la red. Los arrestados serán puestos hoy a disposición judicial.

La redada, fruto de las pesquisas de la comisaría de distrito centro y el grupo de Crimen Organizado de la Policía Nacional, es uno de los golpes más duros de los últimos años contra la delincuencia en Mallorca. En la veintena de registros llevados a cabo en domicilios, locales y negocios vinculados a la banda, los agentes se incautaron de más de 300 objetos sustraídos. Entre ellos, medio centenar de teléfonos móviles de alta gama y decenas de frascos de perfume.

Parte del material estaba ya metido en paquetes para ser enviados a través de empresas postales a otros países de Europa. Las pesquisas policiales han revelado que la banda se deshacía rápidamente de los efectos robados. Una vez por semana, realizaban abultados envíos. Los móviles iban envueltos en papel de aluminio para intentar evitar su localización.

La Policía llevaba meses tras los pasos de esta banda, algunos de cuyos miembros llevaban diez años actuando en la isla. La organización contaba con personas que residían en Mallorca y se encargaban de la infraestructura para acoger en la temporada alta turística a las decenas de integrantes que llegaban para delinquir. Los cabecillas alquilaban coches, pagaban los honorarios de los abogados si había alguna detención y arrendaban viviendas y habitaciones de hotel. Además, se encargaban de distribuir a todos los ladrones por las diferentes zonas turísticas de Mallorca, donde se dedicaban tanto a la sustracción de carteras como a cometer hurtos en comercios.

La macrorredada del pasado martes permitió desmantelar buena parte de la infraestructura de la red y decomisar ocho vehículos. Los 34 detenidos permanecían ayer repartidos en diversas dependencias policiales y estaba previsto que sean puestos hoy a disposición judicial.

Las pesquisas, declaradas secretas y dirigidas por un juzgado de instrucción de Palma, siguen adelante. La Policía analiza ahora la documentación intervenida a los acusados y sigue llevando a cabo gestiones para desarticular por completo la trama. Los investigadores tienen previsto solicitar colaboración a otros países europeos.