Los cadáveres de la pareja hallada muerta el pasado miércoles en su casa de Esporles han sido sometidos a pruebas radiológicas en Son Espases para intentar concretar las causas de las muertes. Los forenses tratan de encontrar lesiones internas que ayuden a esclarecer lo ocurrido. La investigación de la Guardia Civil apunta a un suicidio pactado entre Bartomeu M.T., de 46 años, y Julia S.F., de 60, como informó ayer DIARIO de MALLORCA, pero no se ha podido concretar todavía cómo se produjeron los fallecimientos. El mal estado de los cuerpos, hallados tres semanas después de las muertes, complica las pesquisas.

Los especialistas no encontraron en los cadáveres ninguna señal de violencia y tampoco en la vivienda, situada en el número 4 de la calle Balladors, se hallaron signos de lucha. La Guardia Civil, cuyos expertos del Servicio de Criminalística inspeccionaron el inmueble durante dos días para recabar pruebas, hallaron algunos objetos de un posible ritual de las víctimas antes de morir.

El avanzado estado de descomposición de los cadáveres ha impedido confirmar la causa exacta de las muertes. Los médicos forenses encargados de practicar las autopsias han optado por realizar pruebas radiológicas que ayuden a localizar posibles lesiones internas. Los cuerpos fueron trasladados el jueves desde el Instituto de Medicina Legal al hospital Son Espases, donde fueron sometidos a un TAC. Los especialistas han tomado también diversas muestras de los cuerpos para remitirlas al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, donde serán analizadas en busca de drogas u otras sustancias.

A la espera de los resultados de las diversas pruebas, la Policía Judicial de la Guardia Civil descarta la intervención de otras personas en los hechos. Los investigadores mantienen como principal hipótesis la del suicidio pactado, pero siguen llevando a cabo gestiones para despejar las numerosas incógnitas del caso.

Los cadáveres fueron hallados el pasado miércoles por la tarde, después de que los vecinos alertaran del mal olor procedente de la vivienda de la pareja. La Guardia Civil pidió una orden judicial y al irrumpir en la casa halló los cuerpos en dos estancias diferentes. Los forenses han situado las muertes hace unas tres semanas, durante las cuales nadie parece haber echado de menos a las víctimas. La pareja llevaba instalada unos diez años en Esporles, pero apenas mantenía contacto con sus vecinos, que los definen como reservados y discretos.